20 de agosto de 2011

Los mitos del agua embotellada:



Agua pura o pura propaganda?

¿Algunas vez te has puesto a pensar que el agua embotellada te cuesta cientos,
sino miles de veces más que el mismo volumen de agua tomada del grifo?”
Tony Clarke

Recordemos las 3R ecológicas: reduzca su consumo, reutilice y recicle. La aplicación de estos principios dan al traste con el consumo del agua embotellada, negocio tan obscenamente lucrativo para sus fabricantes como contaminante para la Tierra: ni sabemos de dónde viene, ni quién la fiscaliza, ni cómo la “purifican”, ni el daño que produce a la salud el plástico donde se envasa. ¿De qué tamaño sería la montaña de plástico si los 6 mil millones de seres humanos que habitamos el planeta la consumiéramos? Esto nada importa a quienes la venden, vista la rentabilidad del negocio que pasó de ser nada hace 30 años a colocar 148 mil millones de litros anuales, según Nestlé, aunque el 75% del mercado del agua en el mundo todavía está en manos de comunidades locales. Las transnacionales van por ellas…



Una de las demandas más peleadas por los vehementes opositores de la privatización y mercantilización del agua, se hizo realidad el 18 de julio del 2010 cuando la Organización de Naciones Unidas reconoció como derecho humano el acceso al agua potable y al saneamiento. Una propuesta de Bolivia que fue avalada por otros 33 estados miembros de la ONU, donde Venezuela destacó por su importante rol de acompañamiento manifiesto hacia Bolivia y su larga lucha por lograr esta meta. Los datos de la votación son reveladores: 124 votos a favor, ninguno en contra y 41 abstenciones encabezadas por Canadá, Estados Unidos, Reino Unido, Suecia, Dinamarca, Japón, Australia, entre otros.


Este es un buen punto de partida del intenso enfrentamiento entre los defensores de la gestión privada empresarial y la gestión pública y colectiva de los servicios de agua potable y saneamiento. El asunto del agua embotellada podría decirse que concentra todo el debate entre la gestión de lo público y lo privado, además de desnudar el extremadamente lucrativo negocio de “transformar agua en agua” y los poderosos intereses económicos y geopolíticos que están detrás de estos procesos de “purificación” y embotellado del agua.


Uno de los activistas más conocidos de las luchas contra el agua embotellada es el canadiense Tony Clarke, fundador del Instituto Polaris, quien ha sido, junto a Maude Barlow, autor de las más importantes investigaciones y publicaciones de estudios que denuncian en qué consiste la estafa del agua embotellada y cómo operan las grandes transnacionales monopolizadoras de este negocio para convencer del consumo de este producto a personas desprevenidas, desinformadas o seducidas por la publicidad que le confiere estatus y “glamour” a quienes exhiben las botellas de agua con sus marcas. Pero, ¿por qué cada día más personas se embaucan en el consumo del agua embotellada?


Los mitos: el agua embotellada es mejor que la del acueducto público

“Embotellados: el turbio negocio del agua embotellada y la lucha por la defensa del agua” publicado en el año 2005 por primera vez en inglés y traducido al español apenas el año pasado, es un texto rigurosamente documentado por Tony Clarke que denuncia las maniobras de las cuatro “grandes” empresas transnacionales de la bebida (CocaCola, PepsiCo, Nestlé y Danone) cuyas ganancias actualmente sobrepasan los 7 billones de dólares, sólo en los Estados Unidos. De acuerdo a los estudios del Banco Mundial, la industria del agua embotellada es un sector que en 30 años (de 1970 a 2000) pasó de embotellar 1000 millones de litros a comercializar 84.000 millones de litros en todo el mundo.


Según el texto de Clarke, las tácticas de mercadeo y la manipulación de los consumidores a través de las impresionantes cifras invertidas en las campañas publicitarias son los ejes fundamentales de la rápida expansión de la llamada “cultura del agua embotellada” que mercadean y colocan sus productos como sinónimo de salud y calidad de vida, además de las campañas subliminales que infunde temor y desconfianza hacia el agua de los acueductos públicos.

A las estrategias anteriormente referidas, Clarke enumera ocho problemas clave en el debate para desmontar el turbio negocio que identifica en el robo por medio del precio, es decir, los márgenes de ganancia que ubica entre 240 y 10 mil veces más cara que el agua del tubo; el saqueo del agua o las mentiras de las etiquetas que traen las botellitas que dicen “pura de manantial”, ante lo cual cabe la pregunta: ¿de dónde viene realmente el agua? La transformación del agua o métodos de filtración y procesamiento que utilizan las empresas para transformar el agua del tubo en agua embotellada, no necesariamente garantizan que ésta sea más higiénica o “pura” que el agua de la llave cuando en realidad muchos de estos procesos químicos empobrecen o contaminan el agua además del tiempo o la exposición del plástico a condiciones climáticas extremas alteran también la calidad de producto. 

La contaminación del agua nos permite preguntarnos, según Clarke, acerca de las evidencias o garantías por las que el agua embotellada es mejor que el agua del tubo. De acuerdo a las investigaciones del experto canadiense, las empresas embotelladoras enfrentan inspecciones una vez cada 3 o 6 años —dependiendo del país, y se refiere básicamente a los industrializados— cuando generalmente las leyes, reglamentos e inspecciones de los acueductos públicos son más estrictas y amplias que las que regulan a estas empresas privadas, las cuales prácticamente no son auditadas.
Las amenazas ambientales y los antecedentes de los procesos de reciclaje de las grandes empresas de bebidas que monopolizan el mercado del agua embotellada son nefastas, no sólo por lo extremadamente contaminantes en su fabricación y desecho, sino que se oponen a cualquier tipo de legislación que pretenda regularlos, además de las manipuladoras imágenes saludables/verdes y logotipos engañosos en sus envases y etiquetas que lleva a los 
consumidores a pensar que el producto puede ser reciclado cuando esto es totalmente falso.


Clarke toca un punto hasta ahora desconocido y poco publicitado en nuestro contexto y son los contratos de exclusividad de venta en recintos de educación básica, media y universitaria que realizan estas empresas de bebidas gaseosas y agua embotellada en forma secreta para audiencias cautivas y vulnerables por su corta edad y en proceso de formación de hábitos.

El último y no menos polémico problema que expone Tony Clarke en su texto “Embotellados…” se refiere a la privatización del agua como meta final de las empresas transnacionales que mantienen una campaña férrea de dudas, sospechas y acusaciones sobre la gestión pública de los acueductos como la mejor forma de reforzar y colocar sus productos bajo la premisa de ofrecer “agua sana y limpia”, además de atenuar la percepción de robo en las personas cuando pagan un sobreprecio obsceno por una pequeña cantidad de agua, lo que además, agrega un perturbador ruido y distorsión a las tarifas de los acueductos públicos.



Vienen por nuestro mercado

Vandana Shiva, ecofeminista y doctora en física nacida en la India es una pensadora y activista reconocida mundialmente por sus luchas contra los tratados de libre comercio coercitivo y lo que ella ha llamado “la guerra del agua”, que tal como lo demuestran claramente sus investigaciones, no es cosa del futuro sino de los días que corren.
“La solución ofrecida por el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial del Comercio para combatir la escasez de agua producida por el desarrollo no-sostenible del agua y una profundización de la división hidrológica; lleva a las corporaciones a controlar los abastecimientos de agua y a una especulación mayor que su justa distribución”1, ha afirmado la experta india quien sostiene desde hace décadas una campaña contra la privatización de los recursos naturales y la hegemonía de las grandes corporaciones del agua y la tierra como CocaCola y Monsanto en detrimento de las mayorías pobres.
Esto pareciera estar lejos de nuestra realidad, pero no podemos llamarnos a engaños. De acuerdo a las cifras publicadas en “Embotellados…”, nuestra región estaría en la mira de una de las llamadas “cuatro grandes” transnacionales como CocaCola (FEMSA) al ser México el segundo consumidor total y per cápita de agua embotellada del mundo. Esta se constituye como una excepcional plataforma para penetrar el mercado latinoamericano. Brasil es el cuarto mercado de agua embotellada más importante del planeta, de manera que junto a México forma parte de sus territorios conquistados y en plena expansión a través de agresivas campañas de mercadeo directo y por emplazamiento (películas, novelas, series distribuidas en señal de tv pagada o por cable) y muchas otras estrategias potenciadas por el idioma común.




Las 3R + 1: reducir, reutilizar, reciclar y Resistir

Hemos constatado que el problema del agua embotellada es un asunto político, económico y cultural, de nuestros hábitos y patrones de consumo. Al enterarnos de esta realidad, podemos tomar algunas decisiones que nos permitan combatir directamente los consumos irracionales, contaminantes y no sustentables para la vida del planeta. Pero además, no basta con resistir, también nos apoyamos en las leyes y reglamentos que, en el caso de Venezuela, consagran al agua como bien de dominio público no privatizable, elemento insustituible para la vida y factor de paz, soberanía y desarrollo de los pueblos.


La propuesta de Tony Clarke y un conjunto de activistas y luchadores sociales que tienen que vérselas con realidades muy diferentes de la nuestra, claman por tareas que en Venezuela están bastante adelantadas desde 1999 a esta parte: la reconstrucción de los sistemas de agua potable, el control del saqueo del agua que hacen las empresas transnacionales —que no sufrimos en nuestros país—, las garantías de calidad y limpieza del agua —cuyo acceso domiciliario está garantizado en Venezuela al 98% de la población—, el reciclaje de las botellas de plástico que es materia pendiente en programas y proyectos de difusión y aplicación masiva por parte de los gobiernos locales; el establecimiento de reglas sobre el derecho del público a saber de dónde proviene el agua y cómo es tratada para su consumo humano; la certificación de marcas de agua saludables, competencia que está en manos del Ministerio del Poder Popular para la Salud y que requiere actualización y finalmente, el fortalecimiento de las instancias e instrumentos regulatorios, que ya existen en nuestro país, como el Comité Técnico Nacional de Calidad de Agua con participación de las universidades y el sector privado, que se encarga de fiscalizar y auditar los distintos cuerpos de agua así como los laboratorios que hacen dichos estudios.

Diana Ovalles Márquez

1 Shiva, Vandana. Las Nuevas Guerras de la Globalización. Semillas, agua y formas de vida. Editorial Popular, Madrid. s/f

VIDEO: Historia del Agua Embotelada (otro invento capitalista)

15 de agosto de 2011

Agrocapitalismo: Negocio y Dominación



Desde su orígen, la humanidad ha producido sus alimentos, aprendiendo a manejar sustentablemente la naturaleza y los recursos que esta nos brinda. Hemos cultivado plantas y criado animales, adaptado sus razas y variedades a las necesidades de la humanidad y alimentado a la población a partir del trabajo de las tierras. Uno puede pensar a la agricultura como la más antigua manifestación de la cultura humana, como una relación muy intima y elaborada entre la humanidad y el resto de la naturaleza.


Eso había sido así siempre hasta que...

Entre 1940-70, las Fundaciones Rockerfeller y Ford decidieron que financiarían la investigación, el desarrollo y la transferencia de tecnología relacionadas con el incremento de la producción agrícola a nivel mundial. Así, facilíto. 

La aparente bondad de estos grandes capitalistas en realidad representó una estrategia para contrarrestar las amenazas a sus intereses que en ese entonces representaban las reformas agrarias y la "insurgencia comunista" en varios países del llamado tercer mundo. 

A su idea le llamaron Revolución Verde para difierenciarla de la Roja Sovietica y la Blanca Iraní, y su objetivo real fue transformar la agricultura en una herramienta para engrandecer su poder, creando nuevos mercados y otras formas de control político y económico, como parte de las estrategias de la guerra fría.

Al principio, Sus laboratorios fueron México, India y Centroamérica. No es coincidencia que la "Revolución Verde" en Centroamérica ocurriera en una época signada por violentos conflictos armados entre los gobiernos que actuaban defendiendo los intereses de las grandes compañias norteamericanas de alimentos, y el pueblo que perdía sus tierras, sus derechos, su libertad, y su comida. Progresivamente, la Revolución Verde se expandió al resto del mundo convirtiendo a más y más países del Sur en productores de alimentos para los países del Norte, y  en nuevos mercados para la agroindustria.

Para ello, la Revolución Verde se basó en dos principios básicos del capitalismo que son  masificar la producción mecanizada y unificar las tendencias de consumo. Producir menos rubros en mayor cantidad y unificar la alimentación humana. 

La reciente conversión de la agricultura en una industria global también se apoyó en el desarrollo y uso masivo de nuevas variedades de plantas capaces de duplicar la producción respecto a las variedades tradicionales; y también en el incremento de las unidades de producción a extensos monocultivos que demandan una altísima cantidad de agua, plaguicidas y fertilizantes nitrogenados. 

Todos estos recursos debían ser adquiridos a sus fabricantes industriales, lo cual permitió crear y expandir a escala global los mercados de tecnología agrícola: grandes sistemas de riego, maquinaria para siembra, cosecha, almacenamiento y transporte, fertilizantes nitrogenados y plaguicidas.

La “Revolución Verde” es sin duda, la herramienta del capitalismo que más ha alterado los sistemas ecológicos, culturales y económicos de los cuales depende la alimentación humana. 

Al transformar los sistemas tradicionales de producción en grandes monocultivos, logró incrementar en apenas 30% la producción agrícola mundial. Sin embargo, esto se logró a costa de la expansión de la frontera agrícola hacia los bosques y el uso masivo de fertilizantes nitrogenados y plaguicidas sintéticos que degradaron los suelos cultivables, contaminaron irreversiblemente las aguas y ocasionaron problemas de salud que incluyen malformaciones congénitas, cáncer, leucemia, etc.

La mecanización de la agricultura implica el uso de
maquinaria costosa y sustancias tóxicas para la fumigación.
El agrocapitalismo consume el 70% del agua utilizada en el mundo y es responsable de 13,5% del total de emisiones totales de Gases Efecto Invernadero, causantes del cambio climático. El uso de fertilizantes sintéticos nitrogenados aporta el 60% de las emisiones totales de N2O a la atmósfera. 




Adicionalmente, el agrocapitalismo es una de las causas estructurales de la pérdida de diversidad biológica y definitivamente, una manera errónea e irracional de relacionarnos con la naturaleza de la cual depende nuestra existencia.

Lo más dramático es que todo esto ha ocurrido sin que haya una reducción notable del hambre en el planeta, tal como lo evidencia la actual crisis en Somalia y tantas otras crisis alimentarias que hemos visto ocurrir en Africa durante décadas.

Los únicos beneficiarios de estas políticas han sido las grandes corporaciones, es decir, quienes inventaron este nefasto sistema desde el principio. Más recientemente, estas mismas corporaciones han promovido la investigación y el desarrollo de aplicaciones de la ingeniería genética para seleccionar características específicas de plantas y animales que, no solo incrementen la productividad, sino que fortalezcan la dependencia económica de los productores, llegando incluso a la desfachatez de patentar ciertas formas de vida como productos comerciales. 

Nelly Díaz y César Aponte

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5 de agosto de 2011

Territorio Insular Miranda: Soberanía y Patrimonio Natural del Caribe Venezolano.

No hay duda de que la creación de esta nueva figura de ordenamiento político territorial es coherente con el establecimiento de una nueva geometría del poder en el Caribe Venezolano. No es un secreto para nadie que nuestro mar Caribe ha estado relegado al descuido, por decir lo menos; lo cual se refleja en asuntos tan evidentes como el hecho de que siendo caribeños, nuestro comercio y las rutas maritimas y aéreas, poco tienen que ver con el Caribe.


Intente por ejemplo, conseguir un pasaje aéreo o marítimo, o enviar una encomienda que salga de Venezuela y llegue a cualquiera de las antillas menores*. Más fácil aún, intente conseguir una ruta de transporte público, regulado, periodico que le lleve desde Choroní hasta La Guaira o a Ocumare, sin tener que adentrarse en las montañas y hacer un recorrido por tierra que le tome 8 o 9 veces más tiempo que lo que tardaría en el mar.

De hecho, esta es solo una cara del problema. Usted se ha preguntado alguna vez, a donde votan los habitantes de los Roques?, y para cual circuito electoral?

Al igual que el Amazonas y el Delta del Orinoco, antiguos Territorios Federales, las dependencias federales y su olvido reflejan la herencia de nuestro pasado colonial. Al Igual que el Amazonas y el Delta, el ordenamiento territorial debe cambiar y adaptarse al momento histórico que vivimos. Esta nueva figura tendrá, sin dudas, importantes implicaciones en el uso de los recursos naturales estratégicos que alberga nuestro Mar Caribe.


Prestemos atención al el hecho aparentemente simple, pero muy significativo de incluir en este nuevo territorio al menos dos Areas Naturales Protegidas: el Parque Nacional Archipielago de los Roques y el Refugio de Fauna Silvestre Isla de Aves. Esto es una clara señal de lo prioritario que es poner orden en el uso que actualmente hacemos los venezolanos del territorio y de los recursos del patrimonio natural de nuestro mar Caribe, territorio hasta ahora prácticamente descuidado.


Esta preocupación es coherente con la política nacional de pesca, la cual estableció hace dos años una prohibición para la pesca de arrastre en todo el mar territorial Venezolano. Política que dicho sea de paso, ha permitido la rápida recuperación del lecho marino y con ello de las poblaciones de peces que alimentan a miles de pescadores artesanales y a millones de venezolanos. Tanto los pescadores, como los que comemos pescado fuimos perjudicados silenciosamente durante décadas por la sobreexplotación que causo la industria de la pesca de arrastre, en desmedro de nuestra seguridad y soberanía nacional.

De esta medida hay algo importante que destacar. A pesar de que la eliminación de la pesca de arrastre es una causa que unifica a varias organizaciones ambientalistas y movimientos sociales en el mundo; su prohibición en Venezuela fue prácticamente silenciada por la prensa internacional y por muchas organizaciones ambientales internacionales cuyos voceros en Venezuela simplemente disminuyeron la importancia del hecho o lo obviaron.

Comparemos estos dos ejemplos, de ordenamiento y control de nuestro territorio y nuestros recursos, con el caso que hemos conversado de Somalia: un país declarado en emergencia alimentaria como consecuencia del saqueo que han realizado las potencias mundiales de sus recursos. Saqueo que se inició con la invasión militar propiciada por George Bush y amparada por la ONU usando como excusa justamente la hambruna.

Aprovechando la situación caótica sin control ni gobierno, barcos de pesca procedentes de varios países comenzaron a pescar sin licencia en las aguas territoriales de Somalia. La mayor parte de estos barcos venían de EEUU, Asia y la Unión Europea. Esta pesca por supuesto que no lleva registros, ni estadísticas oficiales, no es declarada fiscalmente, es decir sin regulación o control alguno por parte de los legítimos dueños de este recurso natural que son los Somalíes. Por si esto fuera poco, usan artes de pesca prohibidas en otras regiones del planeta, como por ejemplo la pesca de arrastre, que como ya les comenté, está prohibida en el mar Venezolano desde hace 2 años.

El saqueo de la pesca en Somalia es de tal magnitud, que ya está terminando con sus reservas pesqueras. Imaginen eso, acabar con todos los peces del mar. Y eso es justamente porque Somalia, es un país que carece de autoridad y medios para proteger sus costas y su mar territorial.


Hoy en día, más de 800 barcos pesqueros de distintos países saquean la pesca de los Somalíes, enriqueciendose a costa de causarles hambre. ¿Por qué se piden esos 300 millones de ayuda humanitaria, si cada año le roban a Somalia más de 450 millones de dólares en pesca?  Cada año barcos de España y Francia sacan medio millón de toneladas de atún. ¿Cuantos somalíes pudieran comer con medio millón de toneladas de atún?

No solo saqueo produce la pérdida de soberanía. La falta de control sobre su mar territorial permitió que otros barcos legaran a Somalia para descargar basura, desechos tóxicos y peligrosos que las leyes de sus países les impiden desechar en casa. Cada año, millones de barriles eran dejados en el fondo del mar, durante casi 20 años. En el año 2004, cuando la ola del Tsunami llegó a Somalia, los barriles se rompieron y llegaron a la playa. Como consecuencia, los somalíes se enfermaron de infecciones pulmonares, hemorragias intestinales, extrañas reacciones en la piel. Hubo como 300 muertes repentinas y al cabo de un tiempo aparecieron los primeros nacimientos con malformaciones.

Que significa que haya nacimientos con malformaciones? Significa que entre las multiples sustancias que se descargaron en el mar de Somalia, habían pesticidas y además material radioactivo.


En efecto, el Señor Nick Nuttall, quien es portavoz del PNUMA (programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente), declaró a BBC y a Al Jazeera que, "Somalia ha sido utilizada como vertedero para residuos peligrosos desde la década de los 90, y continuó siéndolo durante los tiempos de la guerra", afirmó éste portavoz del PNUMA. "Los residuos son de muchos tipos diferentes. Hay residuos radiactivos de uranio. Hay plomo y metales pesados, como el cadmio y el mercurio. Hay también residuos industriales, y hay desechos hospitalarios, desechos químicos, hay de todo. " La basura radiactiva está matando potencialmente a los somalís y está destruyendo totalmente el océano"


Es decir, no solo los invadieron y les destruyeron sus instituciuones, sino que les saquearon su pesca y ademas contaminaron a su mar y a su gente con desechos tóxicos y radioactivos!!


¿Cómo sigue esta historia? pues que un día los pescadores Somalíes, hartos de ser saqueados, invadidos y contaminados se arman (con armas que también han hecho llegar a Somalia las potencias mundiales para promover la guerra civil), y estos pescadores armados y organizados en milicias populares defienden su soberanía expulsando o capturando a los barcos pesqueros que los saquean y a los barcos gargados de tóxicos que los enferman y matan a su gente.


Entonces, contrario a toda lógica y a toda justicia, los Somalíes fueron acusados de piratas, por defender sus recursos y su vida y su país. Una campaña mediatica canalla a nivel mundial le hizo creer al planeta entero que unos “piratas Somalíes” saqueaban los barcos pesqueros de la Unión Europea y de EEUU. Nadie dijo que los Somalíes morían de hambre por culpa del saqueo y la contaminación con desechos del primer mundo. Nadie nunca dijo quienes eran los verdaderos piratas.


Por eso es que aunque la ordenación del territorio marítimo venezolano no de empleo, como critican algunos algunos voceros locales del imperio; sin duda nos da soberanía. Algo que no conocen los pitiyanquis, quiene seguramente abriran de nuevo las puertas a los saqueadores en el supuesto negado de que volvieran a gobernar.


Para cerrar, recordemos que hace un par de años la FAO alertó que el 80% de las zonas pesqueras del mundo están siendo sobreexplotadas y el 30% de las especies marinas se encuentran por debajo del límite biolígico de seguridad, es decir, que cada vez son menos y menos y que a ese ritmo, pudiera acabarse l a comida en el mar. Los más pesimistas calculan que en el año 2048. Nosotros no somos tan pesimistas, pero ¿Es o no importante ordenar nuestros mares.


¡Las Vainas Son Verdes!


César Aponte Rivero





*vale decir que recientemente Conviasa abrió rutas de vuelos directos a Martinica, Dominica y otras antillas menores.


Escucha Las VAinas Son Verdes en tu compu o telefono!



Territorio Insular Miranda: Soberanía y Patrimonio Natural del Caribe Venezolano by Las Vainas Son Verdes



3 de agosto de 2011

Territorio Insular Miranda: Ordenando el patrimonio natural del Caribe Venezolano


Dos Mosquises, P.N Los Roques

El anuncio del Presidente Chávez de la creación de un nuevo Territorio Insular en el Caribe Venezolano ha sorprendido a más de uno que se acostumbró a la idea de que nuestro mar y nuestros recursos naturales estuvieran expuestos al uso extraterritorial, al saqueo y al abandono.

No hay duda de que la creación de esta nueva figura de ordenamiento político territorial es coherente con el establecimiento de una nueva geometría del poder en el Caribe Venezolano. El hecho mismo de incluir al menos dos Areas Naturales Protegidas (el Parque Nacional Archipielago de los Roques y el Refugio de Fauna Silvestre Isla de Aves) señala una preocupación del Estado de ordenar el uso real existente que hasta la fecha se ha hecho de los recursos del patrimonio natural de nuestro mar Caribe, y de poner atención a un espacio hasta ahora prácticamente descuidado.

Esta preocupación es coherente con la política nacional de pesca que estableció hace dos años una prohibición para la pesca de arrastre en todo el mar Caribe Venezolano. Política que dicho sea de paso, ha permitido la rápida recuperación del lecho marino y con ella de las poblaciones de peces que alimentan a miles de pescadores artesanales, perjudicados durante décadas por la sobreexplotación que causaron las corporaciones de la pesca de arrastre industrial, en desmedro de nuestra soberanía y seguridad nacional.

De esta medida, es importante destacar de que a pesar de que la eliminación de la pesca de arrastre es una causa que unifica a varias organizaciones ambientalistas y movimientos sociales en el mundo, su eliminación en Venezuela fue prácticamente silenciada por la prensa internacional y por muchas organizaciones ambientales internacionales cuyos voceros en Venezuela simplemente disminuyeron la importancia del hecho o lo obviaron.

César Aponte Rivero