27 de noviembre de 2012

La invasión de los cultivos transgénicos en Latinoamérica


Sembrado para comer es sagrado sustento del hombre que fue hecho de maíz.
Sembrado por negocio es hambre del hombre que fue hecho de maíz.
                                                                      Miguel Ángel Asturias en Hombres de Maíz
Las semillas originarias de Nuestra América están siendo amenazadas
por el modelo depredador del agronegocio. Esto se debe a la
preocupante avanzada de este modelo en nuestra región.
Por ejemplo en México, el 15 de noviembre, el grupo ETC hizo público
que el presidente saliente, Felipe Calderón, antes de entregar su
mandato este 1 de diciembre, tendría previsto el aprobar lo que sería
“la masacre del maíz mexicano”: otorgar para el cultivo de maíz
transgénicos a las multinacionales Monsanto y Dupont, un área cuya
extensión equivaldría a la de El Salvador. Si esto sucede, implicaría
un fatal golpe para la alimentación, la salud y la soberanía
alimentaria del pueblo mexicano que, como la mayoría de los
latinoamericanos, tiene en el maíz su principal fuente de alimento. La
medida presidencial incluiría igualmente la obligación de pagar las
patentes a estas empresas, para los campesinos que, aunque no lo
quisieran, por efecto de la polinización natural -resultado de la
acción de agentes como el viento o los insectos- tengan semillas
transgénicas en sus cultivos.
La persecución de campesinos para asegurar y facilitar los intereses
del agronegocio es parte de la realidad que se vive en Colombia, tras
la firma por parte del gobierno de dicho país de un Tratado de Libre
Comercio que ha dado vía libre al control por parte de las
trasnacionales de la comercialización de las semillas. Así,
testimonios como el de Orlando Pana, en el Encuentro Internacional
Guardianes de la Semilla, celebrado en Octubre pasado en el estado
Lara (Venezuela), nos hablan de cómo se criminaliza y se persigue al
campesino por sembrar semillas orgánicas, conminándolo a sembrar
semillas transgénicas.
En Paraguay la situación no es mucho mejor: es el sexto exportador de
soya a nivel mundial y el 80% de estas exportaciones provienen de
cultivos transgénicos. Según denuncian movimientos campesinos y
sociales paraguayos, Monsanto estaría vinculada al golpe de Estado de
Junio pasado contra el presidente Fernando Lugo, por ser éste un
obstáculo en la profundización de la liberalización del comercio de
semillas transgénicas en el país. El presidente de facto, Federico
Franco, aprobó, el pasado Octubre, el liberalizar el cultivo de cuatro
tipos de maíz transgénicos y dos de algodón genéticamente modificado.
Mientras, la Federación campesina paraguaya ha denunciado que este
tipo de cultivo está ocasionando abortos en las mujeres campesinas,
debido a su alto nivel de toxicidad.
En Costa Rica la población está alerta, ya que el próximo 3 de
Diciembre la Comisión Técnica de Bioseguridad hará pública su decisión
en torno a la aprobación –o no– de la solicitud de Monsanto para
comercializar y sembrar distintos tipos de maíz transgénicos.
En Argentina, el actual borrador de Proyecto de Reforma de la Ley de
Semillas beneficiaria, de nuevo, a Monsanto. De aprobarse este
borrador, una de sus consecuencias sería la restricción del “uso
propio” de las semillas por parte de los agricultores. Por ende, se
les cercenaría el derecho de intercambiar, depositar y reproducir sus
propias semillas.
En Bolivia, la recién promulgada Ley de la Madre Tierra entra en vigor
en un contexto de aumento sustancial del cultivo de soya transgénica.
Y es que el modelo agrario basado en un imaginario desarrollista que
busca la productividad a toda costa, le abre las puertas en la región
a los cultivos y semillas transgénicos. En Ecuador, el presidente
Rafael Correa expresó que “fue un error” haber declarado, en la
constitución de 2008, a Ecuador como un país libre de transgénico, y
que no descarta la posibilidad de realizar una enmienda para permitir
los cultivos transgénicos en su país. En respuesta a estas
declaraciones, la organización internacional Vía Campesina remitió una
carta abierta al mandatario exponiendo las razones por las cuales los
cultivos transgénicos no son la solución para  el país.
En Venezuela hay, desde el 2009, información sobre los esfuerzos de la
multinacional Monsanto para influir en las políticas públicas,
realizando labores de lobby con parlamentarios de la Asamblea
Nacional. Actualmente, un sector de productores agrícolas está
solicitado al gobierno del presidente Hugo Chávez “permitir la siembra
‘controlada” de maíz y soya transgénica. Aunque en Venezuela no se
permiten estos tipos de cultivos, no estamos exentos de caer en la
tentación de seguir el modelo hegemónico del agronegocio. Sobre todo
tras las recientes declaraciones del presidente Chávez afirmando que
Venezuela tiene el potencial de convertirse en una de las naciones
que produzcan más soya en el mundo”. Si tenemos en cuenta que
Venezuela está desarrollando su agrosector con la colaboración y
asesoramiento de Brasil, el segundo país exportador mundial de soya
transgénica (el primero y tercero son Estados Unidos y Argentina
respectivamente), nos puede asaltar la preocupación.
Así pues, la expansión de los cultivos transgénicos en Latinoamérica
atenta, de manera sistemática, contra la vida de nuestros pueblos y
contra nuestra cultura. Y al mismo tiempo que está en riesgo esa
sagrada relación que tienen nuestros campesinos y poblaciones
indígenas con la tierra y sus frutos, peligramos con ellos el resto de
las mujeres y hombres de maíz.
Los cultivos transgénicos son aquellos en los que las plantas
cultivadas son el resultado de semillas manipuladas genéticamente a
través de la biotecnología para incrementar la producción masiva. Este
tipo de cultivos genera enormes impactos negativos en la salud humana,
tales como cáncer, enfermedades degenerativas y malformaciones, entre
otros. Convienen recordar que un reciente estudio de la Universidad de
Caen (Francia), publicado por la revista Food and Chemical Toxicology,
presenta los resultados de un experimento en el que, tras alimentar a
ratas con maíz transgénico, éstas desarrollaron tumores en distintas
partes de su cuerpo.
A nivel medio ambiental y social, existen otros impactos consecuencia
de la proliferación de estos cultivos como son la desertificación de
los suelos, la reducción de la biodiversidad, la dependencia de los
agricultores de las multinacionales, el empobrecimiento de los
pequeños campesinos y la criminalización de los y las que rechazan los
cultivos transgénicos, así como la destrucción de la cultura que
vincula al hombre y la mujer con la semilla orgánica, local y
tradicional u originaria.

Gabriela Rodríguez 
publicado orginalmente en: http://reflexionesverdes.wordpress.com/

20 de noviembre de 2012

Los transgénicos, un debate popular, político e ideológico


Andrés Avellaneda, C.A.R.I.A.C.O (Colectivo Amplio para la Restauración e Investigación de la Agricultura Campesina y Originaria)
Las variedades del maíz criollo se exhibieron en el Encuentro Internacional de Guardianes de Semilla en Sanare 2012. Siguen estando amenazadas por Monsanto (Fotografía: Diana Ovalles)
Para tratar el tema de los transgénicos hay que hacer una breve reseña del papel de la Fundación Rockefeller en la investigación agrícola mundial. Esta fundación, hija de la estadounidense petrolera Standard Oil Company propiedad de la familia Rockefeller, ha sido la punta de lanza en la confección de sistemas de producción altamente dependiente de insumos provenientes del petróleo, generando ganancias adicionales a partir de los desechos del procesamiento de los combustibles; y también es la fundadora de todo el andamiaje científico técnico mundial, dónde se han formado la gran mayoría de los profesionales y científicos de hoy día, para reproducir en espacio y tiempo, tecnologías al servicio de las transnacionales y sus filiales. De modo que las academias y académicos de todos los continentes e ideologías (capitalista y socialista) se han formado en éstas tecnologías. Los sistemas de producción agrícola de la Rockefeller, conocidos por muchos como la Revolución Verde (para desviar la atención en la identificación de los beneficiarios reales) se caracterizan por el uso de fertilizantes, venenos, lubricantes, combustibles (provienen del petróleo), de maquinarias pesadas, monocultivos y uso de semillas “mejoradas” que sólo responden a todo este dañino subsidio tecnológico y energético.
El saqueo de nuestras semillas
En la década de los años 30 del siglo pasado, el rendimiento de los maíces estadounidenses se comenzó a estancar, mientras las variedades de maíces de Mesoamérica, Suramérica y el Caribe, mayoritariamente semillas autóctonas trabajadas culturalmente, mostraron una producción superior. Ya para la década de los años 20, Estados Unidos había resuelto las bases teóricas para la creación de semillas híbridas (cruces genéticos de diferentes variedades de maíz, cuya descendencia puede mostrar mayor producción que sus progenitores, sobretodo si se le garantiza un ambiente adecuado). Ante el estancamiento de su producción y su avance científico, los Estados Unidos deciden venir por nuestras variedades y saberes culturalmente logrados desde las comunidades originarias y campesinas, utilizando la investigación como actividad para encubrir la biopiratería y bioespionaje. Se envían oleadas de “investigadores de la Fundación Rockefeller” por toda Latinoamérica, para hacer colecciones de nuestros maíces variados; adaptados a diferentes ecoregiones; que respondían a una riquísima diversidad cultural; con alta resistencia, capacidad de propagación y que no dependían de “investigadores”, ni del petróleo. Estas variedades fueron saqueadas y expatriadas para ser “preservadas en el exterior” en 25 bancos de germoplasmas alrededor del mundo (entre ellos el Centro Internacional para el Mejoramiento del Maíz y el Trigo -CIMMYT), donde hoy tienen el 95% de la diversidad genética del maíz lograda por nuestros ancestros. Comienza así el proceso de dominación y mercantilización de las semillas, la actividad agrícola y la alimentación. Luego, parte de ese material genético fue reciclado a sus pueblos que le dieron origen, en forma de mercancías, semillas “mejoradas” con nombres y marcas comerciales; acompañadas con el paquete tecnológico de la Rockefeller para poder expresar su potencial de producción.
El andamiaje científico-técnico de la Rockefeller
Paralelamente la Rockefeller se encargó de fundar casi todas las escuelas técnicas, facultades de agronomía y centros de investigación, dónde se formarían técnicos, profesionales e investigadores, en reproducir la ciencia y tecnología creadas en los centros hegemónicos de las transnacionales. También, bajo los auspicios de la Rockefeller y el financiamiento de las Naciones Unidas, se creó el Grupo Consultivo para Investigación Agrícola Internacional, el CGIAR, todo un andamiaje internacional que dicta las pautas de las investigaciones agrícolas y de formación tecnológica para profesionales, profesores, científicos, doctores, magister, dónde son “entrenados”, para multiplicar y defender en sus países a capa y espada las biotecnologías al servicio de las transnacionales. De los 15 centros del CGIAR, 13 están en países en vías de desarrollo, como el CIMMYT en México, dónde se formaron y se van a formar investigadores venezolanos.
De este andamiaje surgen tres etapas donde el modelo biotecnológico imperante ha prometido resolver el hambre de los pueblos saqueados: las semillas mejoradas; los híbridos y ahora las semillas transgénicas o Semillas Modificadas Genéticamente (SMG); una “biotecnología científicamente antinatural”, altamente dependiente de los centros hegemónicos, dónde sus aparatos, insumos, requerimientos y mentes son importados; que atenta más drásticamente contra la variabilidad genética, poniendo en riesgo uno de nuestros cultivos madre (cultus-cultivo-cultura); además de los incontables e irrefutables perjuicios ocasionados a la naturaleza; y su farsa de aumento de la productividad.
Chávez contra los Transgénicos. Los peligros nacionales
Venezuela nunca ha escapado de estos planes. El presidente Chávez ha manifestado públicamente desde el 2.004 una posición firme de “No a los Transgénicos en Venezuela”; sin embargo lobistas y especialistas continúan en sus planes encubiertos de instaurar esta biotecnología como panacea liberadora, acechando por diferentes frentes. Personalmente, presencie una conferencia “La biotecnología en Cuba” donde un hermano cubano refirió tener el mayor apoyo político de su país, para desarrollar maíz Bt (transgénico) en Cuba (estos compas merodean el IDEA). Desde el IDEA, se han repartido trípticos en el metro de Caracas donde señalan las bondades de la biotecnología, sin hacer mención alguna a sus detrimentos biológicos y políticos. En el IVIC, INIA y Facultad de Agronomía de la UCV, un fuerte contingente de “fitomejoradores” entrenados directa o indirectamente en el CIMMYT, están encolerizados por la postura presidencial y hacen todo su maniqueísmo intelectual, para camuflar sus intenciones reales, como han hecho en todos los países, incluyendo Cuba. Comienzan con “ensayos” en instituciones de investigación y luego piden la liberación comercial del cultivo transgénico. En la Asamblea Nacional se aprobó el 18 de octubre de 2002, una Ley de semillas, material para la reproducción animal e insumos biológicos, publicada en Gaceta Oficial Nº 37.552, que permite, previa constancia de inocuidad biológica y ambiental, la producción de SMG. Esto es un supergolazo! que nos metieron a todos, incluyendo al Presidente. Si se busca por internet, se verá que hay un diputado impulsando una nueva ley de semillas, hasta ahora desconociendo el pueblo venezolano, los enfoques e implicaciones de ésta (http://www.noticias24.com/venezuela/noticia/83345/diputado-urena-ley-de-semillas-busca-fortalecer-acceso-a-insumos-para-produccion/). Investigadores, docentes, especialistas, presidentes, directores, rectores del chavismo a favor de las SMG dejan permear con cinismo, el avance transgénico, unos por mercaderes, otros porque simplemente se criaron con la biotecnología, la reconocen con idolatría tecnocrática de salvación, sin prever los peligros ecológicos, la dominación política y económica, que pondría de rodillas a la revolución y al pueblo venezolano.
Los peligros internacionales
La entrada de Venezuela al Mercosur es otro escenario de fuerte presión política y tecnológica que recibirá el Presidente y pondrá en prueba la madurez político-ideológica real de la revolución venezolana. En países como Brasil y Argentina las SMG están ampliamente difundidas y desarrolladas; sólo preconizan la “productividad” lograda, escondiendo el caos socioecológico de sus pueblos. El mundo ha visto los acuerdos abiertos entre el gobierno Argentino y la transnacional Monsanto. Si bien es cierto que aquí las transnacionales no andan a sus anchas, lo pudieran hacer indirectamente a través del Mercosur, si no se mantiene una férrea postura soberana, una contextualización autóctona y un programa emancipador. Siento que asistimos a muchos espacios internacionales, sólo a comprar, pareciera sólo metemos la chequera en el maletín, sin llevar propuestas de bienes y servicios para tranzar (amén del petróleo), ni una verdadera demanda de requerimientos contextualizados, según nuestra realidad histórica, cultural, política, económica y geoambiental; dejando a la discrecionalidad del delegado de turno, compromisos que pueden afectar la república. El asunto es delicado. Hemos visto presidentes aliados nuestroamericanos ser derribados por Monsanto (Paraguay), otros dando pasos atrás (Ecuador), hasta la inimaginable Cuba desarrolla “ensayos con fines de investigación” de maíz Bt.
Propuesta
Proponemos generar un gran debate popular y apelar al poder constituyente para tratar el tema, pues sus implicaciones nos afectan a todos por igual, no es un problema de especialistas, productores, agroindustria, empresas de semillas, de un diputado, una subcomisión o la asamblea nacional o un ministerio. Un gran debate y consulta con criticidad liberadora, anteponiendo la emancipación, la autodeterminación de los pueblos y preservación de la vida en el planeta, superando entornos tecnocráticos, que pretenden emular acríticamente, tecnologías con un prontuario de miserias.
andresavellaneda42@yahoo.com 
Cariaco-Venezuela@googlegroups.com

15 de noviembre de 2012

Masacre del maíz mexicano:Transnacionales preparan asalto a uno de los cultivos alimentarios más importantes del mundo



Grupo ETC
Los gigantes de los agronegocios Monsanto, DuPont y Dow, están conspirando para realizar uno de los mayores golpes de la historia contra un cultivo alimentario de importancia global. En las próximas dos semanas, el gobierno saliente de Felipe Calderón podría aprobar las solicitudes de esas empresas para plantar un área enorme de maíz transgénico en México. Este “regalo de despedida” para las empresas sería una puñalada en el corazón del centro de origen y diversidad del maíz. Las consecuencias serán graves –y globales. Ante la aprobación en ciernes, los movimientos y organizaciones de la sociedad civil exigen que se ponga un alto total al maíz transgénico en México. 

La Unión de Científicos Comprometidos con la Sociedad (UCCS) de México, emitió una fuerte declaración demandando al gobierno revocar todos los permisos de siembra y cancelar todas las siembras experimentales de maíz transgénico en el país.[1]  El Grupo ETC se suma a estas demandas y llama a la FAO (Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) y al CDB (Convenio de Naciones Unidas sobre Diversidad Biológica), como los organismos mandatados por la comunidad internacional para apoyar la seguridad alimentaria y proteger la diversidad biológica, a tomar acción inmediata para evitar el desastre.

La indignación y el estado de emergencia recorre la sociedad mexicana luego de conocer que las dos empresas semilleras más grandes del mundo, Monsanto y DuPont –(cuya filial mexicana se conoce como Pioneer Hi-Bred o PHI México), así como Dow Agrosciences (8ª empresa semillera en el ranking global) solicitaron al gobierno plantar cerca de 2 millones 500 mil  hectáreas de maíz transgénico en México.[2]  El área solicitada es tan grande que rebasa la superficie de países enteros: por ejemplo es más grande que todo El Salvador. Los científicos han identificado miles de variedades campesinas originadas en México, lo que lo convierte en el repositorio global de la diversidad genética del maíz. Si se aprobaran estas solicitudes de las trasnacionales, sería la primera liberación masiva y a escala comercial de transgénicos que afectará directamente un cultivo alimentario global en su centro de origen.

“Si el gobierno de México permite este crimen de significado histórico, los transgénicos llegarán rápidamente a las tortillas y a la comida cotidiana de toda la población mexicana ya que el maíz de los estados solicitados provee mayoritariamente a las ciudades. Además, la contaminación genética de las variedades campesinas será inevitable. Se trata de un daño gravísimo a más de 7000 años de trabajo indígena y campesino que creó el maíz –uno de los tres cultivos más difundidos de la alimentación mundial” dijo Verónica Villa del Grupo ETC en México. “Por si fuera poco, las empresas quieren plantar el maíz tolerante a herbicidas de Monsanto [Mon603] en más de 1,400,000 hectáreas. Este es el mismo tipo de maíz que ha producido cáncer en ratas según un estudio científico revisado y publicado recientemente.”[3]

Los campesinos y población rural de América Latina, de Asia y África estarán entre los más afectados, ya que el maíz se ha convertido en una de las principales fuentes de subsistencia en muchos países, y la diversidad del grano es lo que permite adaptarlo a condiciones locales y enfrentar los desafíos del cambio climático. Además de México, los países surafricanos Lesotho, Zambia y Malawi tienen el porcentaje de consumo de maíz per cápita más alto del mundo.[4]

El gobierno mexicano insiste en que las áreas solicitadas en el Norte de México, no son parte del “centro de origen” del maíz, porque no han encontrado variedades campesinas allí. Pero esto no es verdad, se han recolectado variedades campesinas en esos estados, aunque en menor cantidad que en estados más al Sur. Varios científicos y hasta la propia Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) estima que todo el territorio mexicano debe ser considerado centro de origen del maíz.[5]    Según un informe nuevo del Centro de Estudios para el Cambio en el Campo Mexicano (Ceccam), el mapa de centros de origen publicado recientemente por el gobierno no es científicamente  correcto y fue diseñado para justificar las plantaciones de maíz transgénico de la transnacionales.[6]

Las plantaciones a escala comercial (y las siguientes resiembras) de maíz transgénico contaminarán las variedades campesinas mucho más allá del área de plante, tanto a través del polen transgénico llevado por el viento e insectos, como por la mezcla en los silos y el escape accidental de los camiones de transporte a granel que llevan maíz a todas partes de México. Los científicos de la UCCS y otros señalan que los impactos negativos de la contaminación transgénica sobre las variedades campesinas “podrían ser irreversibles y progresivos, debido a la acumulación paulatina de transgenes en este germoplasma”, llevando a una erosión de la biodiversidad.[7]

Cientos de agrónomos y otros científicos mexicanos, así como organizaciones de campesinos, agricultores y consumidores, han expresado su oposición a la siembra de transgénicos, pero la administración de Felipe Calderón, que terminará este primero de diciembre, no tiene nada que perder en su recta final y se espera que acceda a las solicitudes de las empresas.

Si se autorizan las siembras, los agricultores del maíz podrían encontrarse “violando” las patentes sobre maíz transgénico sin saberlo, es decir, sus parcelas podrían contaminarse inadvertidamente y Monsanto podrá acusarlos de “usar genes patentados” sin pagar por ellos, obligándolos a compensar a los dueños de las patentes, como ya ha ocurrido en cientos de casos en Estados Unidos y Canadá.

“Sería una injusticia monumental para los creadores del maíz, —uno de los alimentos primordiales de la humanidad— que les obligaran a pagar regalías a corporaciones trasnacionales, que son explotadoras de ese conocimiento ancestral”, dijo Silvia Ribeiro, directora para América Latina del Grupo ETC.

En 1999, la Comisión Nacional de Bioseguridad Agrícola de México estableció una moratoria sobre las pruebas de maíz y su siembra comercial debido a la  situación única de México como centro de origen y diversidad genética del maíz. El gobierno de Calderón rompió arbitrariamente la moratoria en 2009 aunque las condiciones que la motivaron prevalecen. Desde entonces la nueva comisión (CIBIOGEM) ha autorizado 177 pruebas de maíz transgénico a cuatro empresas trasnacionales (Dow Agrosciences, DuPont, Monsanto y Syngenta). Las pruebas en campo han sido criticadas por su falta de rigor en bioseguridad,  pues ni siquiera cumplen con lo estipulado por la débil ley de bioseguridad de México.

Silvia Ribeiro argumenta: “Las consultas públicas han sido una farsa, puesto que las pruebas fueron autorizadas sin tomar en cuenta las críticas fundamentadas, incluso aunque representaran la mayoría de los comentarios enviados. Muchas de las críticas y comentarios las hicieron conocidos agrónomos y otros científicos. Como si no bastara, los resultados de las pruebas se han mantenido en secreto, pero se usan como justificación para permitir la siembra comercial.”

DESPUÉS de su visita oficial a México en 2011, el Relator Especial de Naciones Unidas para el Derecho a la Alimentación, Olivier de Schutter, recomendó al gobierno mexicano reinstalar la moratoria, tanto por su impacto sobre la biodiversidad como sobre los Derechos de los Agricultores.[8]  El gobierno mexicano ignoró la recomendación.


Ana de Ita del CECCAM señala que el área para la cual se solicitaron permisos en los estados de Sinaloa y Tamaulipas, en el norte de México, excede la superficie actualmente sembrada con maíz de riego. “Al parecer las compañías están planeando usar toda el área destinada al maíz y a otros  cultivos. Esto es ofensivo, no hay razón para que México arriesgue su historia y su biodiversidad con el maíz transgénico. México produce maíz suficiente para cubrir las necesidades de todo el consumo humano, con excedentes, y podría producir mucho más si hubiera apoyo a los campesinos y  productores de pequeña escala, sin entregar su soberanía alimentaria a las compañías trasnacionales.”

El maíz es central a las culturas, las economías y el sustento de la población mexicana, pues la mayoría se alimenta de maíz en diferentes formas todos los días. La cantidad que los mexicanos ingieren excede con mucho el promedio de consumo individual de la mayoría de los demás países (en México, 115 kilos por persona por año). 85% de los productores mexicanos de maíz son campesinos y agricultores en pequeña escala, con parcelas menores a 5 hectáreas. Esos productores proveen más de la mitad de la alimentación de la población, especialmente la alimentación de los pobres. Al mismo tiempo, cuidan la diversidad genética del cultivo y la enriquecen debido a la forma descentralizada en la que siembran el maíz —cultivando muchas variedades diferentes, adaptándolas a las condiciones locales y junto con varios otros cultivos y especies silvestres.

En 2009, la Red en Defensa del Maíz,[9]   junto con La Vía Campesina América del Norte enviaron una carta abierta firmada por cientos de organizaciones e individuos a la FAO y al CDB, pidiéndoles que tomaran acciones para evitar la contaminación de maíz transgénico en México, su centro de origen.[10]
 
Los entonces directores de ambas organizaciones internacionales soslayaron la petición, aunque ambas instituciones tienen el mandato de proteger los centros de origen y diversidad de los cultivos. [11]   Ahora, exigimos a los nuevos directores de la FAO y del CDB a tomar acciones inmediatas para proteger el centro de origen y diversidad del maíz.


[1]  UCCS, Llamado a la acción contra la siembra de maíz transgénico a campo
abierto en México  planting-gmo-corn_es>
[2]   La lista de las solicitudes de experimentos y liberación al ambiente
de cultivos transgénicos está aquí: http://www.senasica.gob.mx/?id=4443.
(PHI México es parte de DuPont)
[3]  Gilles-Eric Séralini
science/article/pii/S0278691512005637>  et
al., “Long term toxicity of a Roundup herbicide and a Roundup-tolerant
genetically modified maize,” en Food and Chemical Toxicology
science/journal/02786915> , Volumen 50, Número
11
science/journal/02786915/50/11> , Noviembre
2012, pp. 4221–4231. Ver también John Vidal, “Study linking GM maize to
cancer must be taken seriously by regulators,” The Guardian, 28 septiembre
2012, disponible en línea:
http://www.guardian.co.uk/environment/2012/sep/28/study-gm-maize-cancer.

En castellano: Silvia Ribeiro, “Caza de Ratas”, La Jornada, México, 6/10/12,
http://www.jornada.unam.mx/2012/10/06/opinion/024a1eco

[4]  Alfred W. Crosby, revisión de James C. McCann, Maize and Grace:
Africa’s Encounter with a New World Crop, 1500-2000 en Technology and
Culture, Vol. 47, No. 1, Enero 2006, pp. 190-191.

[5]  A. Serratos, El origen y la diversidad del maíz en el continente
Americano, 2nd edición, Septiembre 2012, Universidad Autónoma de la Ciudad
de México y Greenpeace, disponible en línea:
http://www.greenpeace.org/mexico/es/Footer/Descargas/reports/Agricultura-sus
tentable-y-transgenicos/El-origen-y-la-diversidad-del-maiz-2a-edicion/
Conabio: Proyecto Centros de Origen y Diversidad Genética.
http://www.biodiversidad.gob.mx/genes/centrosOrigen/centrosOrig.html
[6]  Ceccam, La determinación de los centros de origen y diversidad genética
del maíz, Mexico, 2012, available online:
http://www.ceccam.org/publicaciones?page=1
[7]  UCCS, Extrañamiento al Presidente de la República Mexicana, México,
2009, disponible en línea: http://www.unionccs.net/doc/g/sciencetrmaize_es
[8] Olivier de Schutter, Informe de su Misión a México, párrafos 53, 54 y
55. Ver párrafo “g” de las Conclusiones y Recomendaciones.
http://www.srfood.org/index.php/en/country-missions (Ver Mission to Mexico,
2011)
[9]  La Red en Defensa del Maíz incluye a más de 1000 comunidades indígenas
y organizaciones de la sociedad civil. Se creó en 2001, cuando se descubrió
por vez primera que el maíz nativo en México se había contaminado con maíz
transgénico. Desde entonces la Red ha resistido el avance del maíz
transgénico. Tanto el Grupo ETC como el CECCAM son miembros de la Red
(http//:endefensadelmaiz.org)
[10]  La carta puede verse en línea:
http://www.etcgroup.org/es/content/carta-de-la-red-en-defensa-del-maíz-contr
a-la-liberación-de-maíz-transgénico-en-méxico
[11] El anterior Secretario General del CDB, Ahmed Djoghlaf no respondió a
la carta abierta. El director general de la FAO tampoco lo hizo, pero
Shivaji Pandey, Director de la División de Producción y Protección Vegetal
sí lo hizo. Pandey, un abogado conocido por su posición a favor de los
cultivos genéticamente modificados, escribió que la FAO podría ofrecer
asesoramiento, pero que la bioseguridad era una cuestión de México.

10 de noviembre de 2012

Documental Reverdecer

Este documental nos muestra como opera  Monsanto en Argentina y los efectos devastadores que tienen los agrotóxicos en la salud.

En el minuto 16 y luego en el minuto 40:38 aparece el ex-diputado Pedro Solano, lobbista de MONDIABLO  en Venezuela, diciendo que el Presidente Cvez representa un foco de resistencia a los trangénicos y que en Venezuela somos ignorantes porque creemos que los transgénicos nos "sacarán orejas de conejo".



 

Para ver como avanza el lobby de Mondiablo en Venezuela lean la nota que publica www.agronota.com en donde abiertamente se llama al gobierno a la incorporación de la tecnología transgénica en el agro venezolano.



9 de noviembre de 2012

Lo que esconden las ratas de Monsanto


Gilles Eric Seralini realizó "el"

La incisiva Silvia Ribeiro, investigadora del Grupo ETC, nos deja un artículo importantísimo para comprender cómo destruye reputaciones el lobby de Monsanto cuando se trata de demostrar la toxicidad y envenamiento de sus "alimentos frescos", como ellos suelen llamar a su maíz transgénico. El artículo Caza de ratas —publicado por el diario mexicano La Jornada, donde Ribeiro es habitual colaboradora,—ya lo habíamos mencionado en un post anterior de nuestro blog, pero vale la pena ir directamente al texto para entender otra de las aristas más duras del tema de los transgénicos y Monsanto. Y de cómo ahora Seralini brega contra el mundo científico que lo desacredita por atreverse a cuestionar las consecuencias y efectos del maíz transgénico en la salud humana. Aquí les dejamos, además, el video que está circulando por las redes sobre el mismo experimento del científico francés, para su evaluación y seguimiento. Nada fácil son estos temas, y mejor estar enterados para poder contrastar, ponderar y que no nos agarren desprevenidos. Luego, no digan que no le informaron...