27 de junio de 2013

MERKADO DE TRUEKE EL SÁBADO 29 DE JUNIO






Trueke Caracas invita a su próximo Merkado de Trueke, que se realizará este sábado 29 de junio, desde el mediodía, en el Ateneo Popular Los Chaguaramos (Los Chaguramos, Quinta Alnonorsi, Calle Vargas, entre Av Las Ciencias y Av. Estadio). 

El Merkado de Trueke es un espacio para compartir e intercambiar solidariamente. Se realizan cada cierto tiempo, aunque la idea es ir conformando un colectivo que practique el Trueke de productos, servicios y saberes de manera permanente, como una forma de vida, como una práctica económica que se base en otros valores distintos a los que plantea la decadente y antiética economía capitalista.
En los Merkados de Trueke nos reunimos los Prosumidores y Prosumidoras, los productores-consumidores de esta novedosa, alternativa y humana forma de hacer economía. Allí participamos llevando nuestros productos y servicios, ofreciendo a los demás el fruto de nuestro trabajo, para así obtener de una manera solidaria algunos de los servicios y bienes que normalmente consumimos, con la diferencia de que lo hacemos sin dinero!!

Por lo tanto, es fácil participar e integrarse al Trueke. Te puedes acercar este sábado 29 con cualquierr producto que tu elabores y trabajes, pueden ser productos agrícolas, semillas, alimentos preparados, bebidas, artesanías, artículos de aseo y hogar, manualidades, objetos de arte, carpintería, herrería...El límite es sólo la imaginación!!

Igualmente, estaremos dictando charlas sobre las distintas metodologías para conformar un Sistema de Trueke, pues estamos ya en gestiones para practicar el Trueke de servcios, saberes y productos de una manera permanente y orgánica.

La invitación es abierta para todos y todas aquellas que se quieran acercar. Recuerda también traer alimentos y bebidas para que compartamos también el momento de la alimentación (tipo panes, tortas, dulces, etc). Y trae tu propio plato, taza y cubiertos, pues no propagamos el uso de desechables.

Te esperamos, sábado 29 de junio, 12 m., Ateneo Popular Los Chaguramos

19 de junio de 2013

La virgen de la leche: el equilibrio perfecto


En el primer acto de soberanía alimentaria: la virgen de la leche (Foto: Argelia Bravo, Comando Maria Moñitos, expuesta en el Aula 7, Escuela de Cuadros y Pepas en el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas. Comer es un acto político)

Las Vainas Son Verdes se solidarizan con la denuncia de las compañeras de la Cooperativa Lactarte quienes publicaron en su blog la campaña sucia de la que ha sido objeto el proyecto de reforma de la Ley de Promoción y Protección de la Lactancia Materna. Sobre este tema volveremos las veces que sea necesario para señalar desde dónde y quiénes se empeñan en estafarnos, manipularnos y cercenarnos nuestro sagrado derecho a ser amamantadxs. Ya lo sabemos, el que no llora, no mama... siga leyendo.


El equilibrio perfecto
Al amamantar, no se desperdicia recursos naturales. La sobre producción de leche vacuna trae como consecuencia un mal aprovechamiento de la tierra: 2 acres de tierra mantienen a 2 personas si se cría ganado, a 24 personas si se cultiva trigo y a 61 personas si se cultiva soja. Producir un Kg de fórmula cuesta 12,5 m2 de bosque.
Las madres del mundo producen 20.000.000 de toneladas de leche al año. Reemplazar este recurso natural por leche artificial incrementaría las cabezas de ganado, la erosión y la deforestación del suelo.
Cada vaca consume 410 Kg. de vegetación por mes. En la India se necesitarían 135 millones de vacas para sustituir la lactancia materna.
El 24% de la superficie terrestre se destina a la ganadería, el doble de lo destinado a cosechas y sustenta cerca de 3.000 millones de rumiantes de los cuales la mitad son vacunos.
No necesita envase. Por lo tanto: se evita su fabricación, almacenamiento y desechos. Si toda niña o niño fuese alimentado con formulas químicas de leche materna se necesitarían 86.000 Toneladas de estaño para producir 550 millones de latas etiquetadas con 1.230 Toneladas de papel.
También se ahorra en la producción de teteros hechos de materiales plásticos, así como el material (agua, jabón) y energía que se requiere para mantenerlos limpios y esterilizarlos, en la lactancia materna el recipiente, bueno viene integrado
La Lactancia Materna es un recurso 100% renovable: se fabrica la cantidad necesaria para satisfacer la demanda.
No necesita utensilios para ser usada. Se evita así su fabricación, transporte, desechos, limpieza, almacén, etc. 
No gasta agua, preciado elemento.
Retrasa la menstruación en las madres, lo que evita en el mundo una gran cantidad de toallas sanitarias y tampones, con el consiguiente ahorro de materias primas, energía y toneladas de residuos.
No contamina el medio ambiente, ya que no utiliza energía en su producción, almacenamiento, transporte, envasado, calentamiento, en desechos… ni nada.
¡La lactancia materna es un recurso natural y renovable!

Qué hace el sistema patriarcal capitalista
Destruir bosques, para hacer pastizales y criar vacas, al cortar los árboles, no se produce vapor de agua, se extingue la fauna, la flora, se erosiona el suelo por los cascos del ganado, contribuye al efecto invernadero por el alto contenido de metano en las flatulencias del ganado, contribuye a la lluvia ácida al interactuar el amoníaco de los excrementos con el dióxido de azufre, se contaminan las aguas subterráneas con los fertilizantes nitrogenados para pastos, etc.
Crear grandes industrias para procesar la leche, fabricar envases y biberones, que consumen combustible y producen contaminación. 
Utilizar grandes cantidades de aluminio, estaño, cartón, papel, etc. para los envases, que si no se reciclan, generan basura, desperdicios y contaminación, incluso de la propia leche envasada que contiene 40 veces más aluminio que la humana. Los Recién Nacidos alimentados con fórmulas artificiales ingieren cantidades de plomo nueve veces mayores que los que se consideran como límite de riesgo.
Utilizar flotas de transporte marítimo y terrestre a grandes distancias desde los centros productores en el mundo, que igualmente consumen inmensas cantidades de combustible y derivados del petróleo y causan contaminación.
Producir millardos y millardos de biberones, tetinas y utensilios que son de plástico, vidrio, silicone y hule que al ser producidos y al ser incinerados como basura, generan dioxinas que son cancerígenas.
Aumentar con ventas de leche, la deuda externa de los países pobres, que los lleva a liquidar sus productos naturales ( petróleo, bosques y otros) para pagarla.
Fomentar el uso de toallas sanitarias, tampones y papel por las madres que no amamantan, lo que acentúa el cúmulo de basura, ya que no son reciclables.
Además, para utilizar leche artificial hay que hervir el agua y los utensilios, esto consume más combustible ( gas, kerosene o leña).

¿Por cual arepa deliramos? La falsa y la verdadera arepa


El etiquetado en otros países obliga a publicar los componentes transgénicos de estos productos agroindustriales empobrecidos, como es el caso de la Harina Pan que se vende fuera de Venezuela. Se acabó la piladera y empezaron los transtornos de salud... (Foto: Frente Venezuela Libre de Transgénicos)
Andrés Avellaneda*
La falsa arepa
En Venezuela al implementar la industrialización, el modelo desarrollista capitalista y la cultura eurocéntrica, nos agolpo en las ciudades al 90% de la población, condenándonos a comer falsas arepas, a partir de una falsa harina de maíz precocida, aportadas mayoritariamente por Remavenca del grupo cervecero Polar, desde 1960.
Estos “paladines filantrópicos” adquieren el grano de maíz con todos sus nutrientes y lo van descomponiendo, en una serie de subproductos que son vendidos detalladamente. Les quitan la fibra, el germen (fuente proteica y de grasa) resultando en una harina de restos de maíz, que es comercializada engañosamente, como harina de maíz precocida, siendo casi puro carbohidratos (Ver Convertir la coyuntura del desabastecimiento en debate popular y organización socioproductiva, escrito el 02-02-2008,  (http://www.aporrea.org/actualidad/a50351.html)). Bajo el slogan “Se acabó la piladera”, destruyeron la red sociocultural que nos proveía de arepas, para imponer el “facilismo” dominador de falsa arepa blanca, blanda, uniforme, redonda, rápida, contaminada y desnutrida, que logra saciar el hambre a una persona por máximo 3 horas, implicando más harina, más gasto, más ventas. El sector científico técnico venezolano trabajó al servicio de la agroindustria, para lograr maíces duros que soportaran la mecanización, transporte, ensilado y posterior molienda, lo que hizo que casi se extinguieran los maíces harinosos.
La arepa verdadera   
En Venezuela la cultura de los pueblos originarios lograron mediante selección, diversas razas de maíz entre ellas, los tipos clasificados como harinosos, como el maíz cariaco, llamado por los aborígenes erepa, de esta voz cumanagota, proviene la palabra arepa. Estos maíces eran los más comunes entre los pueblos originarios, teniendo como característica que el grano es blando, fácil de fracturar,  ablandan con poco tiempo de cocción en agua, ya que fueron seleccionados para ser procesados por los pueblos con instrumentos sencillos (piedras y fuego). Los originarios moliendo el maíz sobre piedra le quitaban la conchita que recubre al grano, de allí hacían la masa, las arepas y las tostaban en budares, de modo que la mayoría de los nutrientes era ingerido para saciar las demandas nutricionales. Estos maíces harinosos fueron preservados por las comunidades campesinas, quienes adicionaron el  pilón para su procesamiento.
De allí surgen las arepas de maíz pelao y pilao con la mayoría de los nutrientes  contenidos por eso sacian el hambre por 5, 6 horas. De modo que con la falsa arepa hay que consumir y gastar más en adquirir la mercancía agroindustrial desnutrida (Harina).

Andrés Avellaneda: si somos Caribe, somos hombres y mujeres de yuca (Foto Aporrea)
En el proyecto CARIACO, que tiene por objetivo restaurar e investigar la agricultura campesina y originaria, con su cosmovisión, saberes, haceres, su relacionamiento cósmico, es decir su cultura, inició actividades hace siete años retomando y reintroduciendo el maíz cariaco, desde la producción hasta el consumo, compilando la siguiente la experiencia en la realización de arepas de maíz cariaco:
El maíz cariaco se deja remojando de un día para otro, se lleva a hervor y en 30 minutos está absolutamente blando, listo para moler. Con molino de palanca giratoria manual, se muele el maíz, se le agrega un poco de agua, sal al gusto, se amasa, obteniendo una masa con todos los integrantes del grano, se moldean las arepas y van al budare, plancha de cocina o de aluminio. También el maíz en grano sin previo remojo, se hierve estando blando en aproximadamente una hora y en olla de presión en solo 30 minutos, esta listo para moler. El maíz molido se puede dejar en refrigeración, en envase cerrado por más de una semana y en congelador por tiempo indefinido. El maíz así conservado, disminuye su capacidad para formar masa, de modo que se saca de la nevera, se le agrega agua y la mezcla se coloca directo sobre el budare, con un cucharon, dándole forma circular, como si fueran cachapas.  El maíz recién molido si forma masa.
La Propuesta
Desde hace algún tiempo (con algunas variantes), se viene haciendo la propuesta de ir retomando los saberes y haceres culturales alimenticios, restaurando la organización popular que nos hacía comer independiente, sano y sabroso  (Convertir la coyuntura del desabastecimiento en debate popular y organización socioproductiva, escrito el 02-02-2008, (http://www.aporrea.org/actualidad/a50351.html); Ante la hegemonía agroempresarial retomemos nuestros quehaceres alimenticios histórico culturales, publicado el 12-03-2009 (http://www.aporrea.org/actualidad/a74117.html);). Ha transcurrido el tiempo y los planes golpistas de desabastecimientos con mercancías agroempresariales continúan intactos y acechando. Definitivamente, no esperemos que el gobierno y la tecnocracia desarrollista entienda y considere estos planteamientos.
Hoy día, muchos hogares de la ciudad tienen nevera, olla de presión y hasta ayudante o asistente de cocina eléctrico, de modo que pudieran obtener sus verdaderas y nutritivas arepas (al menos para comenzar). Demandemos a los campesinos de nuevo la crianza de maíz cariaco y pongámonos a criar también todos nuestros cultivos culturales como yuca-casabe, etc. Reforcemos el tejido que ya existe en caseríos, pueblos y ciudades. Junto con el Tejido Socioeducativo Productivo para la Transformación que hace vida en Caracas (Arlenys Espinal, Tibisay Maldonado, Robzayda Marcos, Belkys Guillarte, Juan Briceño, Miguel Ángel Vázquez), el Colectivo C.A.R.I.A.C.O. viene articulando desde hace dos años la reconstrucción de la organización desplazada. Estudiantes de la Facultad de Agronomía en Maracay, han participado desde hace dos años en talleres de Agricultura Indocampesina, dónde aprendieron desde la producción de maíz hasta el procesamiento y consumo de arepas. En patios productivos estimulados en El Limón en Maracay, avanzamos en la retoma de la yuca en casa, escuelas, ancianatos, así como con comunidades y colectivos campesinos en Lara, Aragua, Guárico, Miranda.
Sólo la organización y conciencia del pueblo, salva al pueblo.

* El autor Andrés Avellaneda es profesor del IDECYT-UNESR- Miembro del C.A.R.I.A.C.O. andresavellaneda42@yahoo.com cariaco.vzla@yahoo.com.ve cariaco-venezuela@googlegroups.com

12 de junio de 2013

Cristina González Quintana: Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar 2013 mención Docencia


Nuestra querida Cristina González Quintana es la favorita de lxs conspiranoicxs... ¡Vainóloga honoraria sin censura!

El Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar 2013 en su mención Docencia y Formación ha sido otorgado a la promotora de la fuente ecológica y ambiental, a la formadora de generaciones de periodistas en la Escuela de Comunicación de la Universidad Central de Venezuela.

El veredicto reconoció a Cristina González por las "Generaciones  de periodistas se han formado al calor de su sapiencia en el diseño gráfico y en la investigación periodística" durante los últimos 31 años en la Escuela de Comunicación, de la cual decía el recordado profesor Federico Álvarez hace más de dos décadas, debería ser una facultad de ciencias de la información. 

Pero la profe Cristina, como la llamamos, nos merece esta nota especial puesto que gracias a esa visión sagaz y profunda del periodismo que pulsa la realidad y le interesa saber lo que sucede más allá de las pantallas, cedió un espacio de su programa "Esto es lo que hay" para que Las Vainas Son Verdes viajara a través del espectro radioeléctrico por la señal de Radio Nacional de Venezuela.

Nos incorporó como Sección de Ecología Política cada domingo con media hora de informaciones, análisis y entrevistas debido, decía ella entonces, a la importancia de una fuente desaparecida, menospreciada o banalizada por los medios convencionales, a la que se le da, en el mejor de los casos, espacio en la prensa y los medios masivos sólo cuando ocurre un cataclismo, un desastre natural o peor aún, para promover ese "tigre vegetariano" que pretende ser el capitalismo verde.

Las #vainasdelcapitalismo tomaron vuelo y audiencia desde Esto Es Lo Que Hay con la agudeza del análisis y la sagacidad política de Cristina González, quien generosa y sin complejos, nos abrió el camino para que Las Vainas... maduraran y tuvieran su propio espacio vespertino todos los sábados a las 5. 

Por esto nos honra dar a conocer desde nuestro corazón verde, rebelde y apasionado por la Pachamama, este modesto homenaje a la querida profesora Cristina González, exitosa formadora del periodismo radial, impreso y digital, audaz renovadora y exigente maestra de la comunicación. Cristina, con su inconfundible voz, ha sido radialista modelo de un ejercicio ideal de la comunicación, aquel que se hace con una amorosa capacidad de interlocución, de escucha atenta y de opinión despojada de miedo y plena de compromiso.

10 de junio de 2013

La cosificación de las semillas. De las semillas Indocampesinas a los germoplasmas o recursos fitogenéticos


Andrés Avellaneda*


Nobody expects the #RockefellerRevolution (Tomada del blog Todo está relacionado)

Las semillas indocampesinas encontradas por “los conquistadores científicos de la Fundación Rockefeller” (ver http://www.aporrea.org/tecno/a148860.html) en sus actividades de bioespionaje y biopiratería con fachada de actividad científica, fueron referidas como “razas de maíces”, o de “tipo criollo” con sus nombres comunes (Puya, Cariaco, Canilla; Huevito, Araguito, etc.), es decir, las semillas integrales con todos sus componentes estructurales tangibles e intangibles, logradas por las culturas con una profunda carga espiritual, consideradas patrimonio común de intercambio y ofrenda entre los pueblos originarios y campesinos. Son las semillas donde no había participado en su selección el Sector Científico Técnico y Académico (SCTA), siendo catalogadas como de poca productividad, sacándolas de su contexto cultural y su agroecosistema (conuco), para ser estudiada con la óptica productivista del capitalismo, que sólo le interesaba el rendimiento (Kg/Ha o Bs/Ha).
Cuando se involucra el SCTA con sus genetistas, las semillas son cientificadas, se  transforman en “objeto de estudio aislado” que no puede impregnarse de intangibles culturales, sentimentales y menos espirituales. Comienza un proceso de cosificación, de distanciamiento de la concepción original de la semilla, refiriéndose a ellas con un lenguaje científico y técnico, donde se van apropiando de la autoría, de la selección, del mejoramiento, de los actores. El área de trabajo es apropiado por la Genética; la selección se reduce a pocas mentes, manos y espacios; del conuco se pasa a los bancos de semillas y parcelas aisladas de instituciones públicas y privadas. Los actores, de conuqueros pasan a ser  genetistas; las razas serán variedades sintéticas, híbridos, con marcas, nombres y códigos que atribuyen autoría y privatización. Las semillas, pasan a ser semillas certificadas, avaladas por normas tecnocráticas que favorecen la privatización y la exclusión del saber y hacer cultural.


Norman Borlaug considerado el padre de la Revolución Verde en los campos mexicanos, 1964. 
(Tomada del blog Ciudadanía Express)
Posteriormente, la práctica patentizadora de la tecnocracia reduccionista y fragmentaria del mejoramiento genético, se moleculariza a lo génico (se reduce a los genes), se habla de genoma, germoplasma, genes, secuencias genéticas, de recursos fitogenéticos, de bancos de germoplasmas y de ADN, de fitomejoradores y biotécnologos, de Ingeniería Genética. Como se aprecia hay un lenguaje,  espacios y actores que facilitan la patentización, la privatización, que tributa a la división social del trabajo, a pocos expertos que seleccionan pocas semillas, atentando contra la rica biodiversidad genética que tenían millones de hacedores de semillas con base a su rica demanda cultural y sus disímiles localidades.
Hoy día se impuso como deber ser, la practica de la manipulación genética molecular, la agricultura de laboratorio con ingenieros y trabajadores de bata blanca; cuya mayor expresión de desintegración de la naturaleza y las culturas, de dominio, dependencia y concentración es la transgénesis y los antinaturales transgénicos.    

5 de junio de 2013

EL OBTENTOR DE LAS SEMILLAS Y SU PECADO ORIGINAL


Andrés Avellaneda

En este proceso de movilización contra los transgénicos, activado por las reiteradas manifestaciones de emplazamiento para ser usados en Venezuela, por parte de la organización empresarial FEDEAGRO; surge desde el parlamento la propuesta de revisión de la Ley de semillas, materiales para la reproducción animal e insumos biológicos y/o la creación de una nueva ley de semillas; bajo la justificación de garantizar el suministro de semillas certificadas e incluso hacer otra ley de fertilizantes (http://www.noticias24.com/venezuela/noticia/83345/diputado-urena-ley-de-semillas-busca-fortalecer-acceso-a-insumos-para-produccion/). Ante la coincidencia en tiempo y espacio de ambos planteamientos, por supuesto se ha generado la suspicacia y activación de colectivos y movimientos de las fuerzas populares.
Desde C.A.R.I.A.C.O. nuestro modo de ver y así lo hemos expuesto en los escenarios de lucha, el tema de los transgénicos parece un pote de humo, por ahora, para negociar y obligar a discutir una ley de semillas, que garantizará amarrarnos aún más a los sistemas de producción de la Rockefeller y ordenados desde el imperio científico técnico del CGIAR; a la apropiación, mercantilización, patentización de semillas y el uso de insumos agrotóxicos (fertilizantes); así como hacerse de todas las semillas indocampesina con su preciado acervo cultural, sus bondades  de adaptación, propagación, resistencia, su variabilidad, su diversidad, características envidiables y apetecibles ante un mundo que se presenta caótico, por los desequilibrios causados a la madre naturaleza. Debemos ampliar el debate y el tino de nuestras luchas; no encerrarnos en la lucha pues, el problema no sólo son los transgénicos y la Monsanto (esta tiene muchísimas fachadas y vías).
Creemos se debe debatir (en ese gran debate al que hemos llamado) acerca de la pertinencia o no, de una ley que privatiza las semillas, e incluya para rematar, a las semillas indocampesinas, esas que cimarronean desde los saberes y haceres de la agricultura indocampesina; ¿será conveniente que legislen sobre ellas?, ¿le van a aplicar las “normas de certificación” que favorecen a las empresas privadas y al malinchismo agroprofesional público y privado? Al legislar sobre ellas, ¿que consecuencias traerá en este marasmo contradictorio de leyes nacionales e internacionales y esa especie de supraconstitucionalidad en que se han convertidos los convenios internacionales? ¿Quién, cómo y con qué criterio se validaran los miles de hacedores indocampesinos de semillas? ¿Cómo evaluaran para certificar el comportamiento local de las semillas?
Si el gran debate resulta en legislar para privatizar las semillas, es un error acuñar las semillas indocampesinas con toda su carga cultural, en una ley descontextualizada, ajena, estructurada para privilegiar a las semillas obtenidas por agroempresariales. Los ajustes que se pretenden hacer a la ley original (G.O. 37.552 del 18 de octubre de 2002), sólo eliminando frases y adicionando conceptos, etc., no cambia la concepción de la misma: fitomejoradores; obtentores; empresas; certificación; omg; Inst. Nac. Semillas; es la reproducción del modelo Rockefeller-CGIAR; meter allí a las semillas indocampesinas, es incompatible y hacerle el juego al modelo agroempresarial internacional o nacional, privado o “público” para seguirse apropiando de las semillas autóctonas.
En este caso, habría que crear un instrumento legal contextualizado a las semillas indocampesinas, que la proteja y defienda nacional y supranacionalmente, como patrimonio y derecho de los pueblos a su autodeterminación y soberanía; nutrida con otras leyes, como la ley de patrimonio cultural de los pueblos y comunidades indígenas, por ejemplo.  
En los borradores de ley que han salido a chorritos a la luz pública, sinceramente no vemos mayor hincapié hacia los transgénicos, con los cuales estamos abiertamente en contra, eso debe desaparecer de esa ley; pero lo que poco se ha debatido es acerca de la “protección del derecho de obtentor de semillas”. Hay un sagaz juego de palabras de obtentor, creación genética, germoplasma, variedades, cultivar, que legaliza la actuación empresarial. Es bien sabido y concebido a nivel mundial, que todo lo “lícito” montado a partir de lo ilícito, es ilegal e ilegítimo. He aquí el fondo del asunto.
¿De dónde nace el derecho de los “obtentores y/o fitomejoradores”? de una actividad encubierta de biopiratería y bioespionaje con fachada “de trabajos científicos”.  Véase en los anexos, que un grupo de “investigadores” pertenecientes a la National Academy of Sciences-National Research Council y la Fundación Rockefeller, colectaron en Venezuela las denominadas razas de maíces, y agradecieron (Ackowledgments) a los productores (campesinos y originarios) por haber permitido que su maíz fuera colectado. Todas estas razas de maíces fueron a parar al exterior, para ser trabajadas por los fitomejoradores (Obtentores) y ser reintroducidas como semillas comerciales (obtenidas). Sobre la buena fe de los campesinos y pueblos originarios actuaron deliberadamente y con alevosía. El lenguaje especializado cambió razas, por variedades, cultivares, obtenidos por los fitomejoradores y en la ley aseguran su derecho, y ¿quién vela por los derechos de los hacedores o creadores culturales de las semillas indocampesinas? Se puede obtener algo heredado, encontrado, comprado, robado, saqueado, despojado; entonces, ¿cual derecho debe ser privilegiado el del creador cultural o el del obtentor? La lógica capitalista de la ley la lleva a privilegiar y proteger al que gastó dinero en la obtención a partir del saqueo primigenio y no de la justicia históricocultural.

A nuestro modo de ver desde allí debe partir la discusión, desde la legalidad y legitimidad históricocultural, desde la develación de la dominación del modelo agroindustrial capitalista extractivista y su incompatibilidad con la revolución, si ésta es antiimperialista, bolivariana, socialista. 

Andrés Avellaneda es profesor del IDECYT-UNESR y Miembro del C.A.R.I.A.C.O.