LOS TRANSGÉNICOS Y LA GUERRA CULTURAL
Para
todos
es
sabido,
que
cuando
el
hombre
europeo
llegó
al
Abya-Yala,
consideró
a
los
aborígenes,
seres
sin
alma,
pasando
a
ser
especie
de
animales,
pueblos
primitivos,
que
vivían
en
comuna,
semidesnudos,
que
alababan
a
los
astros
y
con
lugares
sagrados
en
las
montañas,
lagos,
ríos;
con
relaciones
de
convivencia
y
espirituales
con
animales,
plantas,
en
comunidad
cósmica.
Se
alimentaban
de
frutos
tomados
directos
de
la
selva,
la
pesca,
la
caza,
de
“cultivos
desordenados”
llamados
conucos;
de
donde
cosechaban
vida
a
través
del
maíz,
yuca,
ocumo,
ñame,
auyamas,
ajíes,
frijoles,
piña,
aguacate,
guanábana;
que
por
desalmados
e
impíos,
debían
ser
aniquilados,
sometidos,
catequizados
y
despojados
de
sus
posesiones.
No
fueron
considerados
seres
pertenecientes
a
su
“Humanidad”
y
era
un
descaro
llamarlos
monos.
Los
denominaron
“naturales”
a
mi
modo
de
ver,
quizás
el
único
acierto
de
aquella
conquista,
pues
eso
son,
naturaleza,
cosmos.
Y
¿de
qué
se
alimentaban
aquellos
naturales?
De
maíz
y
yuca,
entre
otros;
entonces
el
europeo
decidió
alimentar
sus
animales
domesticados,
caballos,
vacas,
“cerdos”,
gallinas,
etc.,
con
estos
alimentos
sagrados.
Ese
patrón
fue
impuesto
a
nivel
mundial,
usando
el
maíz
como
cereal
ideal
y
más
generalizado
para
alimentar
animales,
aún
cuando
no
contiene
gluten,
tan
perjudicial
a
los
niños
que
consumen
trigo.
Triste
es
que
lo
mismo
fue
instaurado
en
las
tierras
del
Abya-Yala,
por
la
tecnocracia
malinche.
En
África,
el
Reino
Unido
siembra
y
compra
yuca,
como
fuente
energética
para
sus
animales;
y
con
el
sorgo
africano,
cometen
otro
insulto
a
las
culturas
originarias.
De
modo
que
muchos
de
los
alimentos
culturales
de
los
cuales
se
alimentan
los
pueblos
subyugados,
son
convertidos
en
materias
primas
que
surten
las
industrias,
(tanto
en
el
capitalismo
como
en
el
socialismo)
atropellando
toda
la
carga
cultural
que
llevan
consigo.
Han
sido
desculturizados,
cosificados,
convertidos
en
cosas,
con
lo
que
se
justifica
cometer
con
ellos
cualquier
atrocidad,
como
los
transgénicos,
sin
importar
poner
en
riesgo
la
permanencia
en
el
planeta
de
estos
frutos
y
por
tanto
sus
culturas.
Los
alimentos
logrados
por
los
naturales
para
propagar
y
compartir
vida,
ahora
son
causantes
de
sometimiento,
hambrunas
y
muertes
por
la
modernidad
eurocéntrica.
Siendo
aún
los
mismos
alimentos,
la
diferencia
es
la
cultura
que
los
concibe.
Para
las
culturas
originarias
los
alimentos
son
sagrados,
compartidos,
son
secuencia
de
vida,
medio
de
intercambio
de
espíritu
y
nutrientes
entre
todos
y
para
todos,
mientras
para
la
cultura
eurocéntrica
son
mercancía
o
materia
prima,
sin
importar
la
doctrina
con
los
cuales
se
genere.
Imaginemos
entonces,
que
llegue
a
desaparecer
el
maíz
o
la
yuca
o
sean
controlados
por
corporaciones
extranjeras,
como
el
caso
de
las
semillas
transgénicas,
cuya
tecnología
requiere
de
insumos
foráneos.
Hagamos
un
ejercicio
mental
los
venezolanos
de
hoy,
imaginando
la
pérdida
del
casabe,
naiboa,
arepas,
bollitos,
jojotos,
cachapas,
tortillas,
mazamorra,
pan
de
horno,
fororo,
majarete,
etc.
Para
los
eurocéntricos
el
trigo
es
el
cereal
cultural
por
excelencia,
de
él
elaboran
su
pan
y
hasta
es
considerado
el
cereal
de
los
dioses,
de
hecho
en
la
religión
católica,
el
cuerpo
de
Cristo,
es
trigo.
Ahora
bien,
¿Qué
pasaría
si
los
aborígenes
del
Abya-Yala,
hubiesen
tomado
el
cereal
de
los
dioses
para
usarlo
primordialmente
para
alimentar
animales?;
o
¿echarle
veneno
a
la
planta,
los
granos
y
luego
hacer
hostias?;
o
¿usar
el
cereal
de
los
dioses
para
producir
combustible,
subproductos
químicos
o
cerveza?
o
¿para
manipularlo
genéticamente,
introducirles
secuencias
genéticas
de
otras
especies,
poniendo
en
riesgo
la
permanencia
del
cereal
de
los
dioses?.
¿Qué
sentiría
la
cultura
eurocéntrica?
¿Qué
haría
ante
este
riesgo
y
atrocidad
cultural?.
Para
superar
el
hambre
de
nuestros
pueblos,
las
grandes
multinacionales
e
investigadores
nacionales,
han
vociferado
las
infinitas
bondades
de
sus
tres
ofertas
tecnológicas,
1)
las
variedades
mejoradas
de
maíz,
2)
las
semillas
híbridas
y
ahora
3)
los
transgénicos.
Ante
este
panorama,
surgió
la
interrogante
¿harán
transgénicos
con
el
trigo?
si
los
transgénicos
son
tan
seguros
y
beneficiosos,
¿habrá
mucho
trigo
transgénico
en
el
mundo?
presumí,
deben
tener
un
adelanto
formidable
y
desde
hace
mucho
tiempo.
Indagando
en
internet,
se
consiguen
grupos
aislados
en
Australia,
China,
Argentina,
México,
Chile
trabajando
con
trigo
transgénico
pero,
¡SORPRESA!...La
Monsanto,
el
monstruo
global
en
transgénicos,
retiró
en
2004,
la
solicitud
de
comercializar
en
Canadá,
el
primer
trigo
transgénico
cultivado
en
el
mundo.
Es
decir
que
hace
sólo
nueve
años
¿iban
a
lanzar
el
primero
trigo
transgénico?
llama
la
atención
que
la
transgénesis
en
el
trigo
está
en
pininos
con
respecto
al
maíz,
algodón,
soya,
etc,
liberados
entre
las
décadas
de
los
80
y
90.
Los
defensores
tecnócratas
sabrán
justificar
“…es
que
la
tecnología
en
el
trigo
es
más
complicada…”
pero
las
supuestas
bondades
acaso,
¿no
ameritan
poner
más
investigadores
e
inyectar
más
recursos
para
lograr
su
cereal
transgénico?
Y
si
ya
lo
lograron
¿por
qué
no
lo
lanzan
en
otras
colonias
científico
técnicas
como
han
hecho
con
el
maíz
Bt,
que
hasta
en
Cuba
lo
metieron?
De
modo
que
contradictoriamente
no
hay
el
mismo
empuje,
difusión
e
interés
en
desarrollarlo
¿será
que
con
la
manipulación
genética
transgénica
se
puede
perder
el
trigo
en
el
futuro?.
Esto
sería
catastrófico
para
la
cultura
eurocéntrica,
pues
se
perdería
el
cereal
con
el
cual
comulgan
y
hacen
su
pan.
Entonces,
experimentan
con
los
cultivos
de
otras
culturas,
que
si
se
pierden,
no
importa,
se
exterminan
culturas
inferiores.
Esta
diferenciación
entre
la
cultura
dominante
y
las
culturas
inferiores
se
aprecia,
hasta
en
los
sectores
internacionales
aliados
en
la
lucha
contra
los
transgénicos.
La
información
anterior
es
aportada
por
ecologistas
internacionales
(http://www.ecologistasenaccion.org/article.php3?id_article=151.),
en
estos
términos:
“…Para
Ecologistas
en
Acción,
la
introducción
de
este
trigo
transgénico
en
los
mercados
mundiales
era
muy
preocupante,
por
tratarse
de
un
cultivo
básico
en
la
alimentación
de
la
Humanidad…en
este
caso
eran
más
inquietantes
que
en
el
caso
de
otros
cultivos...”
“…El
trigo
de
Monsanto
hubiera
sido
el
primer
cereal
destinado
a
la
alimentación
humana...”
“…Hasta
ahora
casi
todos
los
cultivos
transgénicos
comercializados
estaban
destinados
a
la
producción
de
piensos
compuestos…”
es
decir
alimentos
balanceados
para
animales
(ABA).
Como
se
aprecia,
se
arrastra
la
guerra
cultural
de
la
conquista.
Se
asume
la
Humanidad
como
la
alimentada
con
trigo,
por
eso
es
más
inquietante
que
el
caso
de
otros
cultivos,
de
donde
se
alimentan
otras
culturas,
como
si
no
fueran
de
humanos
las
culturas
que
se
alimentan
de
maíz;
en
su
defecto,
con
esos
maíces
transgénicos
se
alimentan
animales.
Ante
la
amenaza
al
cereal
dominante,
se
debe
haber
estremecido
la
cultura
eurocéntrica,
sus
científicos,
sus
gobiernos,
sociedades,
el
vaticano,
pues
se
puede
perder
el
cuerpo
de
Cristo,
habrían
reclamado.
Llama
la
atención
que
ante
el
caso
del
trigo,
la
Monsanto
si
retrocede,
pero
continúa
la
guerra
cultural
experimentando
con
transgénicos
en
cultivos
de
las
culturas
primitivas,
de
los
sin
almas,
de
los
naturales.
--
Andrés
Avellaneda
Prof. IDECYT-UNESR- Miembro del
C.A.R.I.A.C.O.
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