Es el nuevo “coco” en boca de los dirigentes de la insurrección fascista y el vocablo más repetido acríticamente por parte de sus seguidores. Desde el mismo 12 de febrero, luego de las agresiones contra la Fiscalía y otros espacios públicos, la Sra. María Machado se encargó de colocar en la agenda de las tergiversaciones la versión de que los “colectivos” son los agresores contra los pacíficos manifestantes convocados por su partido. A partir de allí, han repetido insistentemente esta versión, logrando que hasta sonsas señoras de clase media, que no tienen idea de qué es una organización social, porque ni siquiera se toman la molestia de asistir a una reunión de Condominio, se atrevan a hacer coro para acusar a “los Colectivos”. Hoy jueves 20, esa joya de la corona de la MUD, que es Ramón Guillermo Aveledo, anunció que la próxima movilización convocada por esta corporación de la derecha venezolana, se propone exigir “el desmantelamiento de los colectivos”.
Pero, ¿de dónde sale esta versión de criminalizar a los colectivos, en la que están en clara sintonía TODAS las expresiones de la derecha venezolana? ¿Por qué los “Colectivos” son el nuevo lobo malo hacia donde se dirige el discurso antipopular y tergiversador de la derecha?.
Los Colectivos son una respuesta de organización social para la participación política que históricamente se han dado comunidades, ciudadanos, campesinos y pueblo en general, a nivel mundial, contra el manifiesto fracaso de los partidos de derecha y de izquierda, que una vez en el poder terminan siendo instrumentos de las clases dominantes para continuar con la explotación de los pueblos. En Venezuela, durante toda la Cuarta República, con los gobiernos de AD, COPEI y luego el chiripero de esa izquierda oportunista que se unió con Rafael Caldera, los colectivos fueron perseguidos, detenidos, torturados y desmantelados por la DISIP y el DIM, como lo pide nuevamente hoy Aveledo, en nombre de la derecha y sus representados de clase.
Los colectivos gozan de la autonomía de decisión, oportunidad de crítica a terceros y autocrítica, funcionamiento horizontal, dirección colectiva en asamblea (de allí su nombre de “colectivo”), por lo que son espacios flexibles donde se puede ejercer la organización y la participación política sin tener que responder a las obediencias automáticas bajo argumentos de la “política correcta” ó la complicidad mafiosa del “ponme donde hay”. Son por lo tanto organizaciones donde estructuralmente es posible ejercer una participación ética y transparente, bajo verdadero funcionamiento democrático.
Durante los gobiernos del presidente Chávez y hasta ahora con el gobierno del presidente Maduro, los colectivos no sólo dejaron de estar perseguidos, sino que se crearon condiciones legales, espacios de expresión y oportunidades de participación para que los colectivos pudiesen influir incluso en algunas decisiones políticas. Hoy los colectivos pueden participar tanto en espacios de decisión local como los consejos comunales, como en eventos globales como por ejemplo el encuentro “Pre COP social”, que es una jornada de reuniones previas a la próxima Conferencia de las Partes sobre cambio climático, convocada por la representación venezolana.
Los colectivos permiten una amplitud de temas y espacios de lucha para la participación, que van desde lo místico-religioso, las expresiones culturales, la artesanía, la lucha ambiental, el feminismo, pasando por indigenismo, campesinismo, la soberanía alimentaria, la comunicación popular, la protección civil, hasta la autodefensa, frente a la agresión de las fuerzas explícitas y bajo sombra que las clases burguesas han tenido y tienen contra los líderes y organizaciones populares. En Venezuela, los sicarios de los terratenientes han asesinado a más de 300 campesinos e indígenas para frenar las luchas históricas por la recuperación de las tierras. Recientemente en el marco de los disturbios convocados por los partidos de derecha, fue ejecutado un dirigente del oeste de Caracas, en un acto claramente selectivo. Frente al estímulo de la delincuencia y el tráfico de drogas como arma de dominación política y corrupción de las comunidades, existen colectivos de vigilancia y protección que se han organizado desde el Norte de México hasta la Patagonia. Venezuela no es una excepción.
Los colectivos han sido y son la oportunidad de quienes no militan o medran de los partidos, ni de lo estados, para ejercer una política independiente, que hoy han puesto en evidencia el descontento global contra el neoliberalismo capitalista y su régimen mundial para la expropiación de la riqueza, de exclusión social y empobrecimiento socio-ambiental. La derecha y los operadores políticos tienen dos formas de neutralizarlos: la cooptación por vía de convertirlas en ONGs financiadas y controladas por sus Agencias ó su criminalización y desmantelamiento mediante la represión. Esta última es la opción que claman Machado, Aveledo y sus acólitos de la MUD.
Es un paso adelante por parte de los dirigentes derechistas para criminalizar la respuesta popular en Venezuela, en caso de que, atropellando la voluntad electoral de los venezolanos, logren “LA SALIDA” del gobierno chavista de Maduro y vuelvan a apoderarse del Estado.
Alerta Colectivos. Alerta dirigentes del Gobierno Chavista. Salgamos al paso de esta maniobra antipopular de la derecha pro capitalista en Venezuela. Defendamos nuestra legitimidad y nuestra esencia popular. No permitamos la criminalización de los Colectivos.
Pero, ¿de dónde sale esta versión de criminalizar a los colectivos, en la que están en clara sintonía TODAS las expresiones de la derecha venezolana? ¿Por qué los “Colectivos” son el nuevo lobo malo hacia donde se dirige el discurso antipopular y tergiversador de la derecha?.
Los Colectivos son una respuesta de organización social para la participación política que históricamente se han dado comunidades, ciudadanos, campesinos y pueblo en general, a nivel mundial, contra el manifiesto fracaso de los partidos de derecha y de izquierda, que una vez en el poder terminan siendo instrumentos de las clases dominantes para continuar con la explotación de los pueblos. En Venezuela, durante toda la Cuarta República, con los gobiernos de AD, COPEI y luego el chiripero de esa izquierda oportunista que se unió con Rafael Caldera, los colectivos fueron perseguidos, detenidos, torturados y desmantelados por la DISIP y el DIM, como lo pide nuevamente hoy Aveledo, en nombre de la derecha y sus representados de clase.
Los colectivos gozan de la autonomía de decisión, oportunidad de crítica a terceros y autocrítica, funcionamiento horizontal, dirección colectiva en asamblea (de allí su nombre de “colectivo”), por lo que son espacios flexibles donde se puede ejercer la organización y la participación política sin tener que responder a las obediencias automáticas bajo argumentos de la “política correcta” ó la complicidad mafiosa del “ponme donde hay”. Son por lo tanto organizaciones donde estructuralmente es posible ejercer una participación ética y transparente, bajo verdadero funcionamiento democrático.
Durante los gobiernos del presidente Chávez y hasta ahora con el gobierno del presidente Maduro, los colectivos no sólo dejaron de estar perseguidos, sino que se crearon condiciones legales, espacios de expresión y oportunidades de participación para que los colectivos pudiesen influir incluso en algunas decisiones políticas. Hoy los colectivos pueden participar tanto en espacios de decisión local como los consejos comunales, como en eventos globales como por ejemplo el encuentro “Pre COP social”, que es una jornada de reuniones previas a la próxima Conferencia de las Partes sobre cambio climático, convocada por la representación venezolana.
Los colectivos permiten una amplitud de temas y espacios de lucha para la participación, que van desde lo místico-religioso, las expresiones culturales, la artesanía, la lucha ambiental, el feminismo, pasando por indigenismo, campesinismo, la soberanía alimentaria, la comunicación popular, la protección civil, hasta la autodefensa, frente a la agresión de las fuerzas explícitas y bajo sombra que las clases burguesas han tenido y tienen contra los líderes y organizaciones populares. En Venezuela, los sicarios de los terratenientes han asesinado a más de 300 campesinos e indígenas para frenar las luchas históricas por la recuperación de las tierras. Recientemente en el marco de los disturbios convocados por los partidos de derecha, fue ejecutado un dirigente del oeste de Caracas, en un acto claramente selectivo. Frente al estímulo de la delincuencia y el tráfico de drogas como arma de dominación política y corrupción de las comunidades, existen colectivos de vigilancia y protección que se han organizado desde el Norte de México hasta la Patagonia. Venezuela no es una excepción.
Los colectivos han sido y son la oportunidad de quienes no militan o medran de los partidos, ni de lo estados, para ejercer una política independiente, que hoy han puesto en evidencia el descontento global contra el neoliberalismo capitalista y su régimen mundial para la expropiación de la riqueza, de exclusión social y empobrecimiento socio-ambiental. La derecha y los operadores políticos tienen dos formas de neutralizarlos: la cooptación por vía de convertirlas en ONGs financiadas y controladas por sus Agencias ó su criminalización y desmantelamiento mediante la represión. Esta última es la opción que claman Machado, Aveledo y sus acólitos de la MUD.
Es un paso adelante por parte de los dirigentes derechistas para criminalizar la respuesta popular en Venezuela, en caso de que, atropellando la voluntad electoral de los venezolanos, logren “LA SALIDA” del gobierno chavista de Maduro y vuelvan a apoderarse del Estado.
Alerta Colectivos. Alerta dirigentes del Gobierno Chavista. Salgamos al paso de esta maniobra antipopular de la derecha pro capitalista en Venezuela. Defendamos nuestra legitimidad y nuestra esencia popular. No permitamos la criminalización de los Colectivos.
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