10 de enero de 2012

Río +20: entre la desesperanza y la movilización social



El 2012 es un año crucial para definir la orientación de la política ambiental internacional, y lo más destacado de la agenda de negociaciones tendrá lugar en la Conferencia Río +20 que se celebrará en junio en Brasil. Entre el escepticismo y el llamamiento a la movilización, algunos líderes sociales y ambientales revelan sus expectativas sobre el evento.

Celebrada a finales del año pasado en Sudáfrica, la última conferencia de la ONU sobre el cambio climático (COP-17) dejó insatisfechos a movimientos sociales y ambientales quienes consideran que los avances diplomáticos son demasiado lentos para la urgencia que requiere el planeta. Es por ello que Renata Camargo, Coordinadora de Políticas Públicas de Greenpeace Brasil, dice que no espera mucho de la de Río+20: "En términos de las negociaciones internacionales, no hay ninguna expectativa de un nuevo acuerdo sobre los principales temas de esta conferencia, que son la economía verde y gobernanza ambiental para el desarrollo sostenible. Lo que se ha marcado es el intento de consolidar y reafirmar los acuerdos existentes para el desarrollo sostenible, que explica cómo cumplir con el Programa 21, los Objetivos de Desarrollo del Milenio, etc "


Rubens Born, quien es jefe del Instituto Vitae Civilis y miembro de la coordinación del Foro Brasileño de ONGs y Movimientos Sociales para el Medio Ambiente (FBOMS), opina que la movilización de la sociedad debe servir como base para un amplio proceso de transformación: "El enfrentamiento de la crisis económica, ambiental y de póbreza global requiere romper con los elementos sistémicos subyacentes a los ideales desarrollistas y neoliberales que han fomentado el debilitamiento de los estados como un mecanismo para permitir una mayor presencia de las corporaciones empresariales por un lado, y por el otro, la sumisión de todos los aspectos de la vida a los intereses económicos. La gravedad de la crisis climática también señala la necesidad urgente de evaluar otras formas para la generación y distribuciónde energía, alimentos, transporte, vivienda, saneamiento y empleo ".
Roger Rocco, analista del Instituto Chico Mendes compara los dos momentos: "Rio-92 trajo avances significativos en configuración de la política internacional y la construcción de un modelo de sostenibilidad social y ambiental. Sin embargo, las reuniones que siguieron fueron en general decepcionantes en resultados. Esto ha estado ocurriendo durante dos décadas y volvió a suceder en la COP-17. Es decir, para una vez más, se aplazó la adopción de una posición más firme en la continuidad de la norma jurídica para regular las emisiones de gases de efecto invernadero. Con este resultado y junto con las crisis económica mundial, no podemos esperar mucho de la Río +20 ", 
Río +20 fue convocada por la ONU como una reunión de carácter político, cuyo producto final es una declaración. Por lo tanto, no debemos esperar grandes tratados o soluciones definitivas. Pero sí podemos aprovechar esta cita para iniciar los procesos que pueden desencadenar transformaciones en un tiempo relativamente corto contribuyendo a consturi colectivamente el futuro que queremos. Identificar y cultivar las semillas de estos procesos es una prioridad estratégica para los movimientos sociales de latinoamérica y el mundo.
Fuente: EcoDebate (http://www.ecodebate.com.br/2012/01/09/ambientalistas-esperam-pouco-da-rio20-mas-defendem-mobilizacao/)
Traducción: César Aponte Rivero

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