28 de septiembre de 2011

Wangari Maathai: La Naturaleza une a las culturas del mundo

Wangari MaathaiMurió quien fuera dadora de vida, multiplicadora de saberes y de despertares, ecológicos y políticos, e inspiración para las mujeres de Kenia y para muchos en el mundo.
 
En una visita que hiciera en 2004 al Árbol de Guernica, que es un símbolo de la libertad del pueblo Vasco, expresó: 

"Me alegra saber que aquí, como ocurre en muchos lugares de mi África natal, cuando hay problemas y necesidad de dialogar lo hacen debajo de la sagrada sombra de un árbol. Me siento muy contenta de que sientan devoción por él. Mi espíritu, la esencia de mi trabajo, está también contenida en el símbolo de un árbol. Creo que la naturaleza une a las culturas del mundo." 

Maathai estudió biología y fue la primera mujer en obtener un Doctorado en toda África Oriental. Se dedicó al activismo polítoico desde joven. Ya en 1977 fundó el Movimiento Cinturón Verde, organización de base, de orientación ecologista que se dedicó al fortalecimiento de las capacidades y a la organización comunitaria, principalmente de las mujeres, en torno a la siembra de árboles y la reforestación. Cinturón Verde es resconocida por la plantación de más de 47 millones de árboles en toda Kenia; campaña orientada a evitar la erosión del suelo, pero además a mejorar la calidad de vida de las mujeres que organizadas en grupos de reforestación, generaban ingresos económicos y se dedicaban al fortalecimiento de su comunidad. Una especie de Misión Árbol pero emprendida desde la base y sin el apoyo del Estado. 

Decía Maathai "Mucho más importante que los propios árboles, es la movilización de la población rural en masa - Siempre se cree que las comunidades son impotentes, dependientes, que no somos capaces de hacer cosas por nosotros mismos. Con la plantación de árboles nos organizanos y comenzamos a abordar los problemas de nuestras propias comunidades para mejorar nuestra calidad de vida. En su mejor momento, tuvimos más de 6.000 grupos de mujeres plantando árboles. En el proceso se han educado y han aprendido a abordar las cuestiones de gobierno. Eventualmente, nos convertimos en un movimiento pro-democracia."

Todo un ejemplo de que la lucha por nuestra supervivencia y por la del planeta, tienen objetivos y metas comunes. Sin duda, Maathai fue inspiración de
muchos aunque sus actividades políticas no eran del agrado del gobierno de Kenia.
Fue encarcelada varias veces durante el gobierno anterior al actual; pero en 2003, al celebrarse las primeras elecciones pluripartidistas en Kenia, el reconocimiento legítimo que el pueblo tenía de su trabajo, la hizo diputada. Posteriromente fue nombrada Ministra del Ambiente y de los Recursos Naturales de la presente administración.

Como parlamentaria, alentó al personal militar a que plantara árboles alrededor de sus barracas, diciéndoles "tengan un arma en una mano y un árbol en la otra". Los soldados abrazaron la causa ambientalista al ver la conexión entre defender el territorio y defender los recursos naturales de Kenia.

Este logro y toda una vida dedicada a la lucha ambiental y al desarrollo social de las mujeres africanas la hicieron merecedora del Premio Nobel de la Paz en 2004, el cual le fue otorgado por «sus contribuciones al desarrollo sostenible, a la democracia y a la paz». 

Fue la primera mujer africana en recibir el premio Nóbel. Justo despues de recibirlo, Maathai produjo un revuelo entre los medios de comunicación cuando, en la rueda de prensa que seguía al anuncio del premio, sugirió que el virus HIV causante del sida era producto de la ingeniería genética y que fue posteriormente liberado en África por investigadores occidentales no identificados como un arma de destrucción masiva para «castigar a los negros». Una opinión que fue progresivamente silenciada.

La película, "echando raíces" cuenta la historia de Maathai y del Movimiento Cinturón Verde, así como de la situación política de Kenia.