31 de diciembre de 2011

Descomunal incendio forestal en Parque Nacional Chileno

Incendio forestal en Chile.

Unas 11.000 hectáreas han sido destrozadas por las llamas desde el martes.

Un enorme incendio está arrasando parte del parque nacional de Torres del Paine, uno de los más populares de Chile, en la Patagonia (sur). 

Unas 11.000 hectáreas han sido destrozadas por las llamas desde el martes, según las autoridades. Los bomberos luchan aún por controlarlo y unos 400 turistas han sido evacuados.
Las autoridades han detenido a un ciudadano israelí de 23 años como presunto responsable.

El responsable chileno de los servicios de emergencias, Vicente Núñez, dijo que la situación es "un escenario extremo, sobre todo debido a la topografía, los fuertes vientos y la vegetación altamente combustible".

Al parque nacional Torres del Paine, declarada reserva de la Biosfera por la Unesco, llegan en estos meses de verano austral unos 130.000 visitantes, la mayoría europeos.

"Lenta respuesta"

Incendio forestal en Chile.

En estos meses el parque llega a recibir hasta 130.000 visitas.

En 2005, otro incendio que fue originado por un turista destrozó 16.000 hectáreas de esta reserva natural.

Piñera ha dicho que los ministros de agricultura y de medio ambiente viajarían a la Patagonia para ponerse al corriente de los esfuerzos de extinción.

Añadió que el número de militares desplegados para controlar el incendio aumentaría a 450.
El grupo Acción Ecológica ha criticado al gobierno por lo que considera que ha sido una lenta respuesta al incendio.

El coordinador del grupo, Luis Mariano Rendón, considera que es una "vergüenza nacional" que el jueves solo 25 militares chilenos estuvieran luchando contra las llamas.

fuente BBC mundo

9 de diciembre de 2011

China se compromete a reducir emisiones causantes del cambio climático



China, el segundo contaminante actual más importante del planeta; anunció en el marco de la cumbre climática en Durban, su voluntad de comprometerse a reducir sus emisiones de Gases con Efecto Invernadero a partir de 2020.
Aunque China, India, Surafrica y Brasil son actualmente grandes contaminantes, no están obligados por el Protocolo de Kyoto a reducir sus emisiones porque para la fecha en que se acordó el instrumento jurídico, sus emisiones no superaban el límite crítico. Adicionalmente, la Convención de Cambio Climático establece un principio de responsabilidad histórica, según el cual, aquellos países con economías industrializadas de larga data y que históricamente han contaminado la atmósfera, deben asumir esa responsabilidad y ayudar económicamente a los países en desarrollo para solventar los impactos del cambio climático.
Claramente éste no es el caso de Brasil o de China, cuyas economías han tenido un rápido crecimiento apenas en las últimas décadas; y cuyo efecto histórico es incomparable con el de economías industrializadas desde hace cientos de años como Alemania o Inglaterra.
Sin embargo, su rápido crecimiento económico no solo les acarrea una responsabilidad, la cual reconocen; sino que además les otorga un poder de negociación y una enorme capacidad de cambiar, no solo el marco jurídico climático, sino también el orden económico mundial.
En palabras de Xie Zhenhua, Vieministro de Desarrollo Nacional y de la Comisión de la Reforma en China, “luego de 2020, aceptaríamos un acuerdo legalmente vinculante que nos comprmometa, pero con ciertas condiciones”
las condiciones de China para adoptar medidas de mitigación son, la adopción por parte de los países industrializados  de nuevos compromisos de reducción de emisiones  en un segundo período de compromisos dentro del Protocolo de Kyoto. El rápido lanzamiento del Fondo verde, pero en condiciones  de supervisión por parte de la Convención y no exclusivamente bajo el control del Banco Mundial; La imlementación de acuerdos previos en temas como Adaptación al cambio climático, transferencia de tecnología, transparencia y fortalecimiento de capacidades y una revisión de los compromisos de los países industrializados durante este primer período de compromisos de Kyoto.
“China manifiesta su voluntad de acarrear con obligaciones legales y compromisos de reducción de emisiones que sean acordes con la capacidad nacional  y sustentadas en el principio de “responsabilidades comunes pero diferenciadas” establecido en la Convención” afirmó Xie.
A pesar de que surge como una potencial económica mundial, China sigue siendo considerado un país en desarrollo, entre otras razones por poseer la población más numerosa del planeta cuyas condiciones de vida no soncomparables a la de los países industrializados.

7 de diciembre de 2011

Cambio Climático y la agenda del Capitalismo Verde




Desde el pasado lunes se celebra la Conferencia de las Partes número 17 de la Convención de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (UNFCCC), en la ciudad de Durban, Suráfrica.
Si bien, el país ha centrado su atención en el nacimiento de la nueva CELAC, no deja de ser importante seguir los resultados de esta cumbre en Durban, de la cual depende nada más y nada menos que  la continuidad del Protocolo de Kyoto, el único instrumento jurídico que establece obligaciones para los responsables históricos de la alteración de nuestra atmósfera y nuestro clima. 

Desde 2009, año de la Cumbre de Copenhague, Venezuela ha jugado un papel protagónico en estas negociaciones, asumiendo un liderazgo que se corresponde con la ambiciosa agenda de transformación social, económica y política de la Revolución Bolivariana.  En aquella oportunidad se hizo evidente que la Convención de Cambio Climático tiene objetivos no explícitos relacionados con el establecimiento de un nuevo orden energético mundial; y que las corporaciones y el sistema financiero internacional usan el problema climático y a la convención como una mecanismo para legitimar su agenda económica y sacar provecho de la calamidad global.

Un ejemplo de ello lo representa el programa REDD+, un mecanismo para financiar a aquellos países que disminuyan su tasa de deforestación, cuyo propósito real es legitimar la creación de un nuevo mercado financiero internacional basado en la compra y venta de bonos de CO2. El mecanismo cuenta con el beneplácito de la mayoría de los países del mundo quienes esperan recibir cuantiosos fondos prometidos por los países industrializados. Sin embargo ha generado el rechazo de los pueblos indígenas del mundo entero quienes ven en REDD+ una amenaza inminente a sus modos de vida y a sus derechos.

Afortunadamente, la negativa de Venezuela junto a otros pocos países de adoptar el “Acuerdo de Copenhague” ha servido como base para negociar en términos mas igualitarios y respetuosos las decisiones, que según las normas oficiales, deben adoptarse por consenso. Ello permitió que en 2010 se acordara salvaguardar los derechos de los pueblos cuyas vidas dependen de los bosques, además de evitar que las plantaciones forestales se consideraran bosques y por tanto beneficiarias del programa REDD+. Venezuela también incluyó modificaciones a la propuesta original que impiden que REDD+ sea usado como mecanismo de injerencia y pidió postergar la discusión del mercado de CO2. 

Hoy nos llegan noticias desde Durban en donde México, Colombia, Costa Rica y Papúa Nueva Guinea (representada en este foro por consultores italianos) solicitan cambiar el mecanismo de toma de decisiones ya no por consenso sino por votación. Nuevamente, Venezuela y Bolivia rechazan este intento  de quienes pretenden mantener el control de la Convención mediante la extorsión, la compra de votos y otros mecanismos corruptos que se hicieron evidentes cuando Wikileaks reveló como se logró el apoyo para el vetado “Acuerdo de Copenhague”.

César Aponte Rivero

5 de diciembre de 2011

Durban y el futuro de Kyoto



En Durban, Suráfrica se celebra la 17 Conferencia de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (UNFCCC).  Esta cita podría marcar el fin del Protocolo de Kyoto, una ambición de los países industrializados, principales responsables históricos de la calamidad que hoy nos afecta a todos, y quienes han visto en el Protocolo de Kyoto, un freno a la expansión y el crecimiento ilimitado de un modelo económico en crisis y a todas luces caduco.

Es importante comenzar por aclarar que el Protocolo de Kyoto no tiene fecha de vencimiento tal como se nos ha hecho creer a través de diversos medios de comunicación; simplemente lo que esta en negociación es el establecimiento de un segundo período de compromisos que obligaría a los industrializados a reducir sus emisiones de Gases con Efecto Invernadero (GEI) y por lo tanto, a imponer cambios en su modelo económico depredador y consumista.

Sabemos que el Protocolo de Kyoto no es una panacea. Aunque casi todos los miembros de Naciones Unidas acordaron su creación en 1997, no fue hasta 2005 que entrara en funcionamiento debido a la falta de compromiso político de los países industrializados. Sin embargo, su entrada en vigor tampoco representó una reducción de los niveles de emisiones, por el contrario, desde entonces se han incrementado las emisiones, llegando a niveles críticos que amenazan la vida en el planeta.  

El primer período de compromisos se inició en 2005 y culmina este diciembre. No establecer un 2° período de compromisos ha sido la estrategia de los países industrializados para dejar sin efecto una ley que los desfavorece económicamente. Sin embargo, aunque desean abandonar sus responsabilidades, han maniobrado políticamente para seguir disfrutando de las ventajas del Protocolo de Kyoto, entre ellas, los “Mecanismos de Desarrollo Limpio” que les permite a las corporaciones sacar jugosos provechos económicos de iniciativas que en su mayoría no contribuyen a solventar el problema. 

Hoy, en medio de una crisis financiera global, los nuevos actores económicos pudieran influenciar el futuro de la UNFCCC. China, India, Surafrica y Brasil no tienen responsabilidades en Kyoto, porque aunque hoy en día son grandes contaminantes, no lo eran para la fecha en que se acordó el Protocolo. Sin embargo, su rápido crecimiento económico no solo les acarrea una responsabilidad, la cual reconocen; sino que además les otorga un poder de negociación y una enorme capacidad de cambiar, no solo el marco jurídico climático, sino también el orden económico mundial.

Mientras EEUU (mayor responsable histórico del Cambio Climático) pide que todos los países, inclusive los más pobres asuman responsabilidades económicas por el problema que ellos causaron; China, anunció públicamente las condiciones que ellos ponen para adoptar un nuevo acuerdo jurídico que sustituya al Protocolo de Kyoto a partir de 2020.

César Aponte Rivero